En estas primeras semanas de noviembre, el escenario del Río de la Plata empieza a mostrar mayor actividad, con capturas de bogas de muy lindo porte que se mezclan con ejemplares juveniles que, como corresponde, se devuelven rápidamente. Aunque el viento suele complicar las entradas y las mareas no están jugando a favor, quienes conocen el paño logran destacadas jornadas. Uno de ellos es Duilio Casagrande, colega del programa Esto es Pesca y guía a bordo de su embarcación La Casucha. En dos salidas recientes —el martes 11 y jueves 13 de noviembre— registró capturas más que interesantes en los sectores clásicos de malecones, mientras que el sábado 15 directamente no pudo ingresar debido al viento, una constante de esta época. Aun así, cada vez que las condiciones se alinean, la pesca entrega calidad. El ámbito: los malecones del Río de la Plata Los malecones, esas estructuras sumergidas donde se acumulan piedras, palos y refugios naturales, se transforman en verdaderas autopistas de bogas en esta época del año. Sus corrientes laterales, remansos y desniveles generan un ambiente ideal para que estos peces se alimenten y se mantengan activos. Sin embargo, las mareas suaves -tanto bajantes como crecientes- no ayudan. La falta de correntada dificulta que la especie tome con decisión y obliga a afinar tanto equipos como presentación. Se trata de una pesca técnica fina y de atención total. La boga, en este contexto, no se regala. El pique es muy sutil: apenas un toque, una vibración mínima en la puntera. Si en ese instante no es clavada certeramente, la carnada desaparece y hay que volver a empezar. Las capturas incluyen piezas chicas —que deben volver al agua rápidamente— pero también ejemplares que superan los 2 kg, un tamaño que entusiasma a cualquier cañófilo del río. Casagrande recomienda cañas de 2,10 a 2,40 m, con líneas de una o dos brazoladas de 30 a 50 cm (ajustando según marea). Se remata con plomos de 50 a 60 g, tipo palito para evitar enganches entre piedras. Los lances se hacen siempre apuntando a la base de los palos y sectores pedregosos, donde se concentra el alimento. En cuanto a carnadas, la regla es simple: probar hasta acertar. Las más rendidoras en sus últimas salidas fueron lombriz, daditos de hígado, masa saborizada con ajo, salame o chorizo colorado o grasa de pecho. Cada día, una carnada distinta puede marcar la diferencia. Variedad asegurada Mientras se trabaja la boga, la actividad en superficie y media agua no pasa desapercibida. Dorados y doradillos se muestran muy activos, tanto con señuelos como con carnadas. También se suman patíes, manduvas y toda la variada clásica del estuario, por lo que cada salida termina siendo una pequeña sorpresa. “En esta época -dice Casagrande- hay que ir preparado para todo, porque nunca sabés con qué te vas a encontrar. La cantidad de especies activas es impresionante”. Bonus nocturno: el delta de Berisso Además de los malecones, Duilio viene explorando muy buenos rindes en salidas nocturnas, en los canales del delta de Berisso. Allí, con equipos más robustos y carnadas voluminosas, se están logrando tarariras, cachorros y todo tipo de bagres, ofreciendo una alternativa distinta y muy atractiva para quienes disfrutan del río después del atardecer. La temporada de bogas se va asentando poco a poco y, aunque las condiciones climáticas y de marea imponen un desafío, quienes conocen los ritmos del Río de la Plata están encontrando días memorables. Los malecones, una vez más, se consolidan como el escenario perfecto para disfrutar de una pesca técnica, entretenida y con una variedad de especies que hace que cada salida valga la pena. Servicios: Casucha Pesca de Duilio Casagrande. Salidas al Río de la Plata. Tel.: (0221) 5461970. En redes: Facebook. ¿Te apasiona la vida al aire libre, la aventura y la naturaleza? Recibí las mejores notas de Weekend directamente en tu correo. Suscribite gratis al newsletter
Bogas en los malecones: una temporada que se activa entre viento, mareas y variedad
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