Un tribunal federal ordenó la confiscación de casi 500 millones de dólares en activos de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros beneficiarios de un plan de corrupción por el que cumple una condena de seis años de cárcel bajo arresto domiciliario. En sentencia emitida la noche del martes, el Tribunal Oral Federal N° 2 (TOF 2), integrado por los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, ordenó el decomiso de más de 120 bienes identificados por el Ministerio Público como instrumentos o producto del delito. Los fiscales dijeron que las propiedades, inversiones e intereses comerciales se acumularon entre mayo de 2003 y diciembre de 2015, período en el que operó el esquema fraudulento. Fernández de Kirchner, de 72 años, fue primera dama de 2003 a 2007 durante la presidencia de su difunto esposo Néstor Kirchner. Lo sucedió durante dos mandatos hasta 2015 y luego fue vicepresidenta de Alberto Fernández desde 2019 hasta que el presidente Javier Milei asumió el cargo en 2023. En junio, la Corte Suprema de Argentina confirmó su condena por corrupción en el llamado caso ‘Vialidad’, que investigaba la adjudicación irregular de contratos de obras públicas en la provincia de Santa Cruz. El tribunal también ratificó los criterios técnicos utilizados por los contadores forenses para actualizar el valor de las supuestas ganancias ilícitas, lo que resultó en un nuevo cálculo del monto del decomiso a 684,99 mil millones de pesos, aproximadamente equivalente a 500 millones de dólares. ‘Sociedad de compensación’ Tras el impago de los demandados en el plazo de diez días, el tribunal ordenó la ejecución del embargo mediante la realización y venta de los bienes identificados. La medida tiene como objetivo, escribieron los jueces, “restituir al Estado los bienes obtenidos ilícitamente –y sus derivados– y compensar a la sociedad por los daños materiales y simbólicos resultantes de la conducta delictiva”. Entre los inmuebles atacados se encuentra una residencia de Fernández de Kirchner en Santa Cruz y 19 bienes transferidos a sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner. El fallo también abarca 84 activos del empresario Lázaro Báez, aliado de Kirchner, y empresas de su grupo constructor –incluidas las firmas Austral Construcciones, Kank & Costilla y Loscalzo & Del Curto–, así como hoteles, terrenos y departamentos en Santa Cruz, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Los jueces rechazaron los argumentos de la defensa que afirmaban que los activos carecían de una conexión causal comprobada con los delitos y que los despidos anteriores en casos de enriquecimiento ilícito los protegían de la confiscación. El tribunal respondió que no se requiere un seguimiento contable exacto, sólo un “vínculo razonable” entre los bienes y los beneficios obtenidos a través del plan fraudulento de obras públicas. También citó acuerdos internacionales como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que identifica la recuperación de activos como un principio fundamental. Una vez finalizadas las valoraciones, la decisión se comunicará al Tribunal Supremo, que determinará si los bienes embargados serán cedidos al Poder Judicial o subastados. El tribunal ordenó que las propiedades sean ingresadas en la base de datos nacional de bienes incautados y enfatizó que los fondos recuperados deben contribuir a reparar el daño social causado en Santa Cruz, donde las obras viales incompletas dejaron importantes déficits de infraestructura. ‘No tengo miedo’ Fernández de Kirchner también está siendo juzgado en un caso separado de corrupción en curso – el llamado caso de los cuadernos de corrupción ‘Cuadernos’ – que involucra millones de dólares en presuntos sobornos en efectivo para contratos estatales. Los fiscales la han descrito como “la investigación de corrupción más grande jamás realizada en la historia legal de Argentina”, con más de 80 acusados. Las audiencias se llevan a cabo por videoconferencia porque ninguna sala del tribunal es lo suficientemente grande para acomodar a todos los participantes. Desde su apartamento de Buenos Aires, donde cumple condena con un monitor electrónico en el tobillo, la expresidenta ha seguido recibiendo a aliados políticos, saludando a sus seguidores desde su balcón y publicando críticas al programa de austeridad de Milei. El martes, el mismo tribunal limitó sus derechos de visita a grupos de no más de tres personas, dos veces por semana durante un máximo de dos horas, tras una reunión no aprobada con nueve economistas. Publicó fotos de la reunión en línea y escribió: “No es la foto… es la economía, estúpido”, haciéndose eco de una frase de la campaña de Bill Clinton en los años 1990. También acusó al gobierno de “destruir empresas y empleos” y afirmó que estaba siendo atacada por discutir asuntos económicos. “No tengo miedo. Sé que la historia, como siempre, pondrá las cosas en su lugar”, escribió en otra publicación a principios de este mes. “Podrán inventar casos, manipular jueces o redactar sentencias, pero no detendrán la organización del peronismo”. – Noticias relacionadas con TIMES/AFP/NA
Tribunal ordena embargo de activos por US$500 millones en caso de corrupción en Vialidad
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