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Sunday, November 30, 2025

Trabaja duro, juega duro: las estrellas globales aprovechan Buenos Aires al máximo

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Buenos Aires se ha convertido, casi por accidente, en un destino habitual para estrellas globales, muchas de las cuales aterrizan aquí por compromisos profesionales pero inevitablemente se enamoran del sabor, la pasión y la atmósfera de la ciudad. Durante su estancia en la capital, celebridades como Dua Lipa, Noel Gallagher, Johnny Depp, Rod Stewart, Katy Perry, John Travolta o Chris Martin han escrito pequeños capítulos de turismo íntimo: cenas memorables, paseos por barrios famosos, visitas culturales e incluso apariciones en estadios de fútbol. No son sólo artistas en gira, sino viajeros curiosos deseosos de experimentar la vida porteña, asociándose a menudo con íconos argentinos como Evita, Boca Juniors, el bistec y el tango, como turistas habituales. Cuando Dua Lipa llegó a Argentina para sus shows en el estadio Monumental de River Plate, hizo más que iluminar el escenario: salía a menudo a la ciudad, dejándose llevar por su ritmo. Se la vio en bodegones clásicos y restaurantes de barrio, disfrutando de los sabores locales con la espontaneidad de un turista entusiasta. El Preferido de Palermo era una de las paradas favoritas de Dua: un lugar histórico conocido por sus milanesas, fiambres, pastas, vinos y ambiente. La velada no fue sólo una delicia gastronómica, sino una declaración de amor por la tradición porteña. También visitó parrillas icónicas, conversó con chefs y se dirigió a La Bombonera para empaparse del ambiente de un Superclásico. Para ella, Buenos Aires no era un destino turístico más, sino un paisaje íntimo que quería explorar, algo que dejó más que claro en sus cuentas de redes sociales. Noel Gallagher, por su parte, adoptó un enfoque más contemplativo de su estancia en la ciudad, que coincidió con los espectáculos principales de Oasis en el Monumental. El cantautor llegó con su hija, recorrió el famoso cementerio de la Recoleta, pasando por la tumba de Eva Perón y respirando la historia. El suyo no fue un recorrido apresurado sino un gesto consciente de conexión con la memoria local. Posteriormente, Gallagher se entregó al fútbol y visitó La Bombonera, recorriendo sus pasillos y el museo del club, posando para fotografías y, en un gesto muy humano, tomándose una foto junto a la estatua de Diego Maradona. A esa introspección le siguió una cena íntima en Puerto Madero, en la Cabaña Las Lilas, donde pidió un filete de ojo de bife con champiñones y disfrutó de una botella de Malbec, precedida de empanadas, una velada que combinó rock, familia y tradición. Mientras él seguía un itinerario turístico clásico, su hija Anais Gallagher incluso encontró tiempo para visitar una conocida peluquería en Palermo Hollywood para cambiar de look. Johnny Depp, con aura de artista errante, reveló su lado más íntimo entregándose a noches de buena comida, vino, música y conversación. Durante su estadía en Buenos Aires –vinculada al estreno de la película Modì, Tres días en el ala de la locura, que él mismo dirigió y distribuye su amigo Corcho Rodríguez– se hospedó en el Hotel Faena, donde disfrutó de un asado especialmente preparado a la leña con cortes de vacío, costillas y ojo de bife, maridado con vinos del Valle de Uco. Más notable fue su decisión de coger una guitarra y unirse a una improvisada sesión en uno de los salones del hotel con músicos locales, un claro gesto de conexión con el espíritu nacional. También paseó por San Telmo, visitó un taller de platería y se dejó seducir por las tradiciones artísticas de la ciudad. Su mirada era la de un auténtico viajero, no la de una estrella lejana. Rod Stewart, uno de los grandes nombres del pop, disfrutó de una experiencia gourmet antes de su serie de conciertos en el Movistar Arena. Celebró una cena de nueve platos en un exclusivo restaurante de Palermo, acompañado de su esposa Penny Lancaster y su banda. En un ambiente cálido y sin pretensiones, disfrutó de un asado braseado como plato principal, acompañado de un Malbec, antes de pasar la noche mirando el fuego y charlando con los chefs como si fueran viejos amigos. La velada fue más que un capricho gastronómico: fue un homenaje a la cultura argentina, una celebración de sabores y conexiones. Esa noche, lejos del ruido del escenario y de las cámaras, el cantante parecía a gusto en una ciudad que conoce, respeta y ama. Chris Martin, fiel a su perfil modesto, se dejó seducir por la vida del barrio. Durante su reciente estadía en Buenos Aires –que incluyó actuar en un show de su amiga Tini Stoessel– se aventuró en Villa Crespo para cenar en Chuí, un restaurante vegano recomendado por la Guía Michelin. Se sentó en una mesa corriente, como cualquier persona, con un grupo de 12 personas, sin exigencias ni tratos especiales. Su elección reflejó su esencia: una cena vegetariana de pizza margarita, focaccia, polenta asada, aguacate con kimchi, leche de tigre y queso de origen vegetal y papas al horno. En un momento, se levantó para saludar a los pizzeros en el horno de leña, reconociendo el oficio. Antes de salir se puso una remera y una gorra que le habían regalado con el logo del restaurante, sonrió y dijo en un español cordial: “Me encanta venir a Chuí cuando estoy en Buenos Aires. Realmente comí muy bien”. Katy Perry, durante su reciente visita a la ciudad, demostró que su conexión con sus fans va más allá del escenario. Después de uno de sus shows, fue a Don Julio en Palermo, un clásico asador argentino. Visiblemente encantada, luego salió con una bandeja llena de empanadas y comenzó a repartirlas a los fanáticos que esperaban verla. Las imágenes de una estrella del pop sirviendo empanadas con tanta sencillez se volvieron virales, convirtiéndose en un momento simbólico. También quedó visiblemente conmovida por la historia argentina cuando le regalaron un retrato de Eva Perón, que mostró con orgullo ante sus fans afuera de su hotel: un viaje que combina pop, historia y humanidad. Buenos Aires, sin embargo, seduce a las estrellas con algo más que comida, fútbol e historia. El tango es otro imán para las estrellas y muchos famosos reservan al menos una de sus noches para visitar las tanguerías, esos templos donde el bandoneón expresa lo que las palabras no pueden expresar. En agosto del año pasado, John Travolta, después de unas vacaciones en Bariloche, asistió al espectáculo Señor Tango. El actor se emocionó hasta las lágrimas, abrazó al elenco y prometió regresar “por un buen bistec y más tango”. Durante su viaje, Benedict Cumberbatch –quien acompañó a su esposa Sophie Hunter mientras ella trabajaba en la escenografía de dos óperas en el Teatro Colón– escapó a Rojo Tango, donde quedó hipnotizado por los 21 bailarines y terminó charlando con el bandoneonista hasta altas horas de la noche. Katheryn Winnick, la estrella de Vikingos, también sucumbió al 2×4: tomó clases privadas en La Viruta y Esquina Homero Manzi durante su viaje promocional y tuiteó: “El tango es vino y alma de Argentina”. Buenos Aires, al parecer, cautiva a las superestrellas no sólo como escala profesional sino como lugar para saborear cocina auténtica, vinos regionales, barrios históricos y templos del fútbol como La Bombonera. Es una combinación segura que convierte cualquier estancia en la ciudad en una experiencia inolvidable. noticias relacionadas

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