Con los play-offs del Clausura de la Liga Profesional de Fútbol en marcha y ya regalándonos un par de partidos memorables, sin mencionar el último triunfo heroico de un equipo argentino sobre un formidable rival brasileño, ¿quién podría haber imaginado que pasaríamos la mayor parte de la semana discutiendo furiosamente sobre títulos dudosos y guardias de honor irrespetuosas? Gracias a la AFA, Rosario Central y Estudiantes de La Plata, el fútbol argentino desató una de sus clásicas tormentas en una taza de té, y no decepcionó. Este último escándalo absurdo estalló el jueves pasado por la mañana con un giro argumental de lo más inesperado. Poco después de que Ángel Di María, as de Rosario Central, afirmara que su equipo merecía un título por terminar en lo más alto de la clasificación anual de 2025, la AFA cumplió. Aparentemente de la nada, Di María, el técnico de Central, Ariel Holan, y otros personajes del club sonreían en Viamonte junto al jefe de la AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, y se proclamaban nuevos campeones de Argentina, antes de posar con el recién acuñado trofeo de Campeón de Liga en un taxi. No había habido ninguna indicación anteriormente de que el jugador más eficiente del año sería honrado de esa manera (recordemos que debido a los caprichos del sistema actual, Central se enfrentó sólo a 16 de los otros 29 clubes que componen la máxima categoría) y el proceso de decisión también quedó en duda. En contradicción con la línea de la AFA, Estudiantes afirmó que no había habido votación, mucho menos unánime, para coronar a Central de esta manera, un acto audaz de rebelión, sobre todo porque viajarían a Rosario ese mismo fin de semana para enfrentar a los nuevos ‘campeones’. Viamonte contraatacó ordenando al Pincha que hiciera guardia de honor a Central antes del saque inicial, pero Estudiantes no terminó, dándole la espalda a los Canallas antes de despacharlos 1-0 para avanzar a los cuartos del Clausura. ¿Una resaca de título para Central? ¿O se hace justicia en el fútbol de maneras misteriosas? La saga aún no había terminado incluso con ese resultado. Después de ‘Backsgate’ (como esta columna se referirá de ahora en adelante a la fallida guardia de honor), la AFA revolvió un viejo boletín asegurando que es un delito punible manchar esos momentos. Pero el PDF de ese fallo parecía haber sido manipulado recientemente, añadiendo una capa extra de farsa al proceso. En cualquier caso, una multa parece ser el fallo más probable para los rebeldes argentinos sin pausa mientras se preparan para enfrentar a Central Córdoba en la siguiente ronda, estrechamente vinculado con el tesorero de la AFA, Pablo Toviggino, quien se burló del Pincha y del presidente del club, Juan Sebastián Verón, en la preparación para el partido de Central. Qué desastre. Seríamos negligentes si permitiéramos que todas esas tonterías nos distrajeran por completo del gran fútbol que se ofreció la semana pasada. Un lugar de honor lo ocupa Lanús, que repitió las hazañas de Racing de 2024 al llevar a miles de aficionados a Paraguay y vencer a un poderoso equipo de Belo Horizonte, esta vez el Atlético Mineiro, para ganar la Copa Sudamericana. Nahuel Losada fue el héroe del Grana cuando salvó tres tiros penales para hacerse con el título: un maravilloso título de redención para el portero quien, como padre adolescente y miembro de la academia de Estudiantes en apuros, casi se mete en el juego para conducir un taxi antes de abrirse paso con Belgrano y luego Lanús. A diferencia de Estudiantes, Tigre se enfrentó a sus oponentes el martes para una guardia de honor para conmemorar el triunfo en la Sudamericana, pero el resultado final fue idéntico: una victoria para el equipo visitante gracias al solitario gol de David Romero que arruinó las celebraciones del título. Hubo mucha acción en otros octavos de final del Clausura. Racing Club y River Plate protagonizaron el partido más emocionante de la jornada, ganado por 3-2 para el primero con un emocionante gol tardío de Gastón Martirena. Gimnasia también tuvo un gran primer tiempo con un primer tiempo excepcional para sorprender a Unión en Santa Fe, mientras que Boca y Argentinos Juniors prepararon quizás el empate más interesante de los siguientes cuartos al superar a Talleres y Vélez respectivamente. Emoción dentro del campo y tonterías fuera del campo: el fútbol argentino sigue ofreciendo la fórmula perfecta para mantenernos enganchados, ilusionados y furiosos año tras año.



