Avistan a un leopardo en el oeste sudafricano después de casi dos siglos

El inesperado avistamiento de un leopardo (Panthera pardus) en el oeste de Sudáfrica, tras 170 años de ausencia, se convirtió en un hito para la conservación global. La imagen que fue captada por una cámara trampa instalada en el interior del Parque Nacional de la Costa Oeste confirmó el regreso del felino a un territorio donde había desaparecido hacia mediados del siglo XIX. La fotografía que fue difundida por Parques Nacionales de Sudáfrica (SANparks) fue celebrada como un símbolo del éxito de los programas de restauración ecológica que la región impulsa desde hace décadas para revertir la pérdida de la biodiversidad. La ausencia histórica del leopardo en esta zona se debió a la caza indiscriminada, a la expansión agrícola y a la fragmentación del hábitat, factores que redujeron drásticamente su distribución en el África subsahariana. De hecho, estudios recientes muestran que, durante el siglo XX, las poblaciones del felino disminuyeron más del 60% en varias regiones del continente. Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a la especie como “vulnerable” y no en peligro crítico, los expertos advierten que la presión humana continúa generando retrocesos locales. Por eso, la recolonización natural observada en Sudáfrica representa un caso excepcional dentro de un panorama mundial complejo. Leopardo en Africa: regreso esperado y alentador El avistamiento demuestra que los esfuerzos de conservación implementados en el Parque Nacional de la Costa Oeste están dando resultados concretos. Durante años se aplicaron políticas de restauración de ecosistemas, el control de actividades ilegales, el monitoreo científico y la recuperación de corredores biológicos que permiten el desplazamiento seguro de fauna. La zona, además, se vio favorecida por la reducción de la caza furtiva y la reforestación con especies nativas, elementos que devolvieron estabilidad a un paisaje que había sufrido fuerte degradación ambiental. Para los especialistas, el regreso del leopardo no solo implica la recuperación de un depredador clave, sino también el restablecimiento de funciones ecológicas esenciales. “Los grandes carnívoros regulan poblaciones de herbívoros, previenen desequilibrios tróficos y contribuyen a la salud general del ecosistema. Su presencia es considerada un indicador de resiliencia y madurez ambiental”, señalaron los especialistas. Además, el hecho generó un impacto emocional muy significativo ya que se convirtió en un recordatorio de que los proyectos de conservación a largo plazo pueden revertir extinciones locales consideradas irreversibles. A pesar del gran entusiasmo de los conservacionistas, todos coinciden en que el desafío recién comienza. “A nivel global, los leopardos enfrentan amenazas crecientes vinculadas al tráfico ilegal de fauna, la pérdida de territorio y los conflictos con comunidades rurales. En África, menos del 30% de su área de distribución histórica permanece en estado favorable, El objetivo es replicar políticas efectivas y fortalecer redes de corredores ecológicos que permitan asegurar su supervivencia futura”, concluyeron. ¿Te apasiona la vida al aire libre, la aventura y la naturaleza? Recibí las mejores notas de Weekend directamente en tu correo. Suscribite gratis al newsletter En esta Nota