Durante meses, Santiago Caputo fue la figura de los mitos libertarios: el hombre invisible, el asesor que no habla, el que no tiene puesto ni firma, pero al que todos llamaban antes de tomar una decisión importante. El estratega inescrutable que prefería los pasillos a los flashes.
Sin embargo, ese guión parece estar cambiando. En las últimas semanas, Caputo “salió del armario político”, como dijo una voz. Abrió una cuenta oficial en X (sí, una real, sin trolls intermediarios), comenzó a aparecer en reuniones con líderes de la oposición e incluso reveló la naturaleza de su viaje a Estados Unidos: para conseguir reuniones con funcionarios del gobierno estadounidense. Todo eso, y mientras tanto, el propio presidente Javier Milei alimenta los rumores, reconociendo que su asesor estrella podría convertirse en miembro de su Gabinete.
El giro también adquirió un elemento simbólico. Caputo respondió con tono amistoso en redes sociales al expresidente Mauricio Macri, gesto que en el ecosistema libertario fue leído como una señal de flexibilización de las relaciones con el PRO. Nadie toma esas medidas sin el visto bueno del presidente.
El propio Milei, al ser consultado sobre si Caputo podría integrarse al Gabinete, fue tajante al respecto: “Absolutamente”. Fue la primera vez que el Presidente reconoció públicamente esa posibilidad. Los rumores no han cesado desde entonces: Guillmero Francos podría pasar a otra función, el gabinete se reorganizará después de las elecciones, Caputo podría asumir un cargo formal para consolidar su peso político.
Paralelamente, Francos se aseguró de poner límites: “Soy el jefe de Gabinete y Caputo no tiene firma ejecutiva”, dijo, en un tono más brusco que formal. Sin embargo, todos en la Casa Rosada saben que el poder real no siempre sigue la cadena de jerarquías.
Dentro del círculo íntimo presidencial, la relación entre Santiago Caputo y Karina Milei sigue siendo objeto de especulación. Durante meses, los libertarios hablaron del “triángulo de hierro” formado por los dos hermanos Milei y Caputo, pero la creciente autonomía del estratega encendió algunas alarmas.
La centralita del partido gobernante se mueve rápidamente. En la Casa Rosada corre el rumor de que Milei planea reorganizar su Gabinete después de las elecciones. La idea sería formalizar funciones que hasta ahora habían sido informales: Caputo podría asumir un papel ejecutivo y reoxigenar el Gabinete en este sentido.
Sin embargo, el reajuste no se limitaría a la jefatura del gabinete. Los despachos oficiales mencionaron posibles cambios en las carteras de Seguridad, Justicia y Defensa, tres áreas sensibles para la gobernabilidad. Los nombres que se barajan desde hace un tiempo son Guillermo Montenegro, Diego Valenzuela y Sebastián Amerio, hombre de confianza de Santiago Caputo en el Ministerio de Justicia.
El factor Macri siempre está en juego y ahora no es la excepción. Queda por ver qué condiciones impondrá el expresidente para apoyar a un gobierno debilitado –y hasta qué punto estará dispuesta a ceder Milei–. El gobierno tiene claro que el margen de maniobra del Presidente también se limitará a lo que suceda el 26 de octubre.




