Un incendio en el sector conocido como ‘La Playita’, dentro de esta reserva ubicada entre Barranquilla y Ciénagaen subió las alarmas por la calidad del aire en la capital del Atlántico. Las autoridades confirmaron que el humo y las cenizas llegaron hasta zonas urbanas de la ciudad, generando afectaciones respiratorias en la población.
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La Brigada de Parques Nacionales Tenía previsto ingresar a la zona en la mañana de hoy martes 21 de octubre para controlar el fuego, que se propagó rápidamente debido a la presencia de Enea, una planta altamente inflamable. Joaquín Buitragodirector de EPA Barranquilla Verde, explicó que el acceso nocturno a la zona es limitado, lo que impidió una intervención inmediata, por lo que aún se está haciendo la evaluación de los daños.
Desde Barranquilla se vio el humo y fuego que comenzó en la tarde. Foto:redes sociales
El humo que cruza el río.La lluvia que cayó sobre todo el Caribe durante la tarde y noche de ayer ayudó a mitigar parcialmente la emergencia ambientalevitando que el humo se extienda con mayor intensidad por la ciudad. Sin embargo, muchos cibernautas de barrios del norte de la ciudad compartieron videos y fotografías en redes sociales, reportando la presencia de cenizas, olores y llamadas.
Ana Burgos Agamezresidente del barrio Villa Carolina, recuerda que comenzó a toser sin explicación aparente en la tarde del lunes. “Pensé que era algo del ambiente, como humedad o polvo, pero luego llegó ese olor a quemado.leve, pero persistente”, relató. Aunque la lluvia disipó temporalmente el humo, cuando las llamas se alzaron nuevamente, Ana pudo ver pequeñas cenizas flotando en el aire. “Ahí entendí que no era casualidad. La tos había comenzado por el humo de la quema en la Isla Salamanca, que cruzó el río y llegó hasta nuestras casas”, agregó.
En algunos sectores se reportaron cenizas flotando sobre el aire. Foto:redes sociales
Desde otros sectores como Villa CampestreParaíso, y Siape, los residentes también reportaron molestias respiratorias y presencia de cenizas en sus viviendas. aunque el agua reduce temporalmente la propagación del humovarios ciudadanos informaron que, una vez cesó la lluvia, el incendio continuó activo en Isla Salamanca, con llamas visibles desde la orilla y cenizas flotando en el aire.
Una década de incendios: el daño acumuladoEste nuevo episodio se suma a una larga historia de quemas en Isla Salamanca. En los últimos diez años, más de 1.130 hectáreas han sido consumidas por el fuego.muchas de ellas provocadas por actividades ilegales como la producción de carbón vegetal y la caza furtiva. En 2024, el Ejército incautó 30 toneladas de carbón cerca del parque, producto de la deforestación de 300 hectáreas de bosque nativo.
Cada árbol de mangle puede tardar hasta 40 años en recuperarse. Y no solo se afecta la flora, sino que también se compromete la fauna, los suelos y el equilibrio hídrico del parque, que es considerado un pulmón natural del Caribe colombiano.
Las quemas afectan directamente la calidad del aire respirado en Barranquilla. Foto:Archivo EL TIEMPO
Actualmente, hay 1.816 hectáreas en proceso de restauración. La recuperación del ecosistema manglar se basa en siembras directas, rehabilitación de caños y el uso de plántulas oxidadas en viveros. Los viveros, ubicados en la Ciénaga Grande de Santa Marta, tienen capacidad para 120 mil plántulas de mangle, que se distribuyen en las áreas más afectadas.
Un ecosistema en riesgoEn 2024, una acción popular interpuesta por el ciudadano Brayan Ayola fue fallada a favor por el Tribunal Administrativo del Magdalenaordenando la creación de un comité interinstitucional para prevenir y mitigar los riesgos de quemas. Sin embargo, Parques Nacionales, Corpamag y el departamento del Atlántico apelaron la decisión, presentando pruebas de sus acciones de protección. El caso está vigente en el Consejo de Estado.
Isla Salamanca, declarada Reserva de la Biosfera por la Unescoalberga manglares, ciénagas, caños y bosques secos tropicales. Es hábitat de aves migratorias, reptiles, mamíferos y peces, y cumple funciones vitales como la regulación del clima y la protección de la línea costera.
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Cada nueva quema no solo representa una pérdida ambiental, sino también una amenaza directa para la salud de miles de barranquilleros. La urgencia de medidas sostenibles y efectivas se hace cada vez más evidente, mientras el fuego sigue encendiendo alertas en el Caribe colombiano.
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