El peso rondaba los 18,41 por dólar el miércoles por la mañana, mientras que el índice del dólar estadounidense se ubicaba justo por debajo de 99. Un dólar más débil eliminó la presión sobre la moneda de México, pero no lo suficiente como para provocar un repunte, lo que dejó a los operadores concentrados en la inflación de esta semana y lo que significa para la flexibilización en cámara lenta del banco central.
La historia de la equidad es más frágil. El S&P/BMV IPC de México cayó 1,46% el martes a 60.773,78, su tercera caída consecutiva, ya que una fuerte oscilación en los precios de los metales preciosos afectó a las mineras y materiales, y el apetito por el riesgo global se tambaleó.
Los que obtuvieron mejores resultados fueron en su mayoría los títulos financieros y defensivos; Entre los ganadores destacados se encuentran Grupo Financiero Banorte, Banco del Bajío, Gentera, Vesta y Walmart de México.
Los rezagados se concentraron en materias primas y consumo cíclico, liderados por Becle (José Cuervo), Cemex, Industrias Peñoles, el operador aeroportuario GAP y FEMSA.
Los mercados de México hacen una pausa a medida que el dólar se debilita y los metales sacuden los nervios. (Foto reproducción de Internet) Detrás de la cinta hay una historia más amplia sobre cómo comercia ahora México. El peso se ha convertido en un “termómetro de riesgo” global: líquido, ampliamente utilizado como cobertura y muy sensible a los cambios en la trayectoria de las tasas de interés de Estados Unidos y los precios de las materias primas.
La narrativa de nearshoring de México mantiene el capital extranjero involucrado, pero el mercado es una barra: los bancos y los nacionales de calidad juegan en un extremo; exportadores y mineros por el otro, sacudidos por los movimientos del dólar y los metales.
Cuando el índice del dólar cae, como sucedió durante la noche, el MXN generalmente se estabiliza. Cuando el oro o el petróleo se tambalean, los materiales e industriales del IPC lo sienten primero.
Los mercados de México hacen una pausa a medida que el dólar se debilita y los metales sacuden los nervios. (Foto reproducción de Internet) Por qué los mercados de México se están recalibrando, no quebrándose La política es la bisagra. El progreso de la inflación este año ha permitido al banco central comenzar a flexibilizar, pero sólo con cautela. Un IPC quincenal más suave de lo esperado a finales de esta semana respaldaría los bonos locales y, por extensión, el peso; un estallido sorpresa impulsaría al USD/MXN al alza y mantendría las acciones a la defensiva.
Técnicamente, el USD/MXN permanece encerrado entre aproximadamente 18,30 y 18,60 (rangos estrechos tanto en el gráfico diario como en el de cuatro horas), mientras que el IPC está probando una banda de soporte cerca de 60.400-60.600. Un movimiento sostenido por encima de 61.200-61.500 estabilizaría el sentimiento.
La conclusión para los forasteros: los mercados de México no están quebrando; están recalibrando. Con el dólar debilitado y los datos de inflación por delante, el peso parece estar dentro de un rango limitado y los inversores están favoreciendo a los bancos sólidos antes que a los nombres sensibles a las materias primas hasta que se enfríe la volatilidad de los metales.




