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Sunday, October 26, 2025

Venezuela posiciona 5.000 misiles Igla-S: la audaz señal de disuasión de Maduro a las fuerzas estadounidenses

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En una ceremonia en Caracas, el presidente Nicolás Maduro dijo que Venezuela tiene más de 5.000 misiles Igla-S de hombro colocados “desde las montañas hasta las ciudades”, respaldados por herramientas antidrones y simuladores de entrenamiento.

El anuncio se produjo durante el relanzamiento de la Gran Misión Negro Primero, un programa destinado a mejorar las condiciones y la preparación dentro de las fuerzas armadas.

El Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, aprovechó el momento para reafirmar la lealtad y enfatizar que el trabajo de los militares es defender la soberanía nacional.

A primera vista, se trata de una historia de hardware. Los misiles Igla-S están diseñados para amenazas a baja altitud: piense en helicópteros, aviones en pasos muy bajos y muchos tipos de drones.

Hacen que las incursiones a bajo nivel sean más riesgosas, pero no alcanzan aviones que vuelan a gran altura ni misiles balísticos. Lo que hace que la afirmación sea notable es su escala: “miles” repartidos por todo el país pueden complicar cualquier operación hostil cerca del territorio venezolano.

La historia detrás de la historia trata sobre la señalización. Caracas ha retratado durante mucho tiempo la actividad militar estadounidense en el Caribe y a lo largo de las fronteras de Venezuela como una amenaza directa.

Venezuela posiciona 5.000 misiles Igla-S: la audaz señal de disuasión de Maduro a las fuerzas estadounidenses. (Foto reproducción de Internet) Al hacer pública una gran reserva de misiles portátiles, el gobierno envía dos mensajes a la vez: hacia afuera, para disuadir a los adversarios aumentando el costo de cualquier incursión o aviación encubierta; hacia adentro, para asegurar a los venezolanos que, a pesar de las tensiones económicas y las sanciones, las fuerzas armadas están equipadas y organizadas.

Venezuela construye una red de defensa aérea en capas También se adapta a un patrón más grande. Durante la última década, Venezuela ha armado una red de defensa aérea en capas que combina misiles portátiles con baterías S-300VM de mayor alcance y sistemas de alcance medio como el Buk-M2E y las unidades Pechora mejoradas.

En términos sencillos, el país está tratando de cubrir el cielo con anillos superpuestos, desde el seguimiento por radar de largo alcance hasta las defensas de última milla sostenidas por soldados en tejados y montañas.

Que esa red funcione bajo estrés dependerá de la capacitación, el mantenimiento, los repuestos y la capacidad de distinguir entre amigos y enemigos en un espacio aéreo abarrotado.

Para los lectores fuera de Venezuela, la conclusión es simple pero importante. Los drones y los aviones que vuelan a baja altura están cambiando la seguridad moderna, no sólo en las grandes guerras sino también en las zonas fronterizas y costeras.

Un país que puede desplegar miles de misiles de corto alcance (aunque sea de manera imperfecta) puede aumentar los riesgos para cualquiera que vuele cerca. Eso afecta a los vecinos, las rutas marítimas, los sobrevuelos humanitarios y los cálculos de las potencias externas.

Esté atento al seguimiento: ejercicios públicos, nuevas actualizaciones o cambios en los avisos del espacio aéreo. Esos pasos mostrarán si se trata de un titular para el consumo interno o de una capacidad destinada a moldear el comportamiento en los cielos alrededor de Venezuela.

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