La presión que ejerce Washington sobre Miraflores, a partir del despliegue militar en el Caribe, se ve reflejada a lo interno de Venezuela con un nuevo pico de encarcelamientos de disidentes y, en general, el endurecimiento de posturas calificadas como autoritarias por parte de la administración de Nicolás Maduro.
Es lo que le toco vivir al cardenal Baltazar Porras el fin de semana, un juicio de varios expertos consultados por Efecto Cocuyocuando le fue violado su derecho al libre tránsito por el territorio nacional al impedirle llegar al estado Trujillo para encabezar actos religiosos por la canonización de José Gregorio Hernández.
Hay coincidencia en que el contexto venezolano se acerca cada vez más a Nicaraguadonde el gobierno de Daniel Ortega, ilegítimo en su origen, ha anulado cualquier forma de oposición política a través de encarcelamientos de figuras de todos los sectores de la sociedad, muertes en cautiverio, destierros (al menos 261 religiosos expulsados a la fecha), despojo de la nacionalidad, cierre de medios de comunicación, confiscaciones y todo tipo de medidas arbitrarias.
Control de crecimiento interno“Lo sucedido con el cardenal Porras es un recordatorio de que Venezuela vive una nueva etapa a partir del 28 de julio de 2024 (fraude electoral) con una posición mucho más autoritaria por parte del gobierno que se mantiene por la fuerza, y ahora la Iglesia se ve involucrada. El contexto altamente polarizado obliga a todos los actores a posicionarse frente a la situación del país como lo hizo el cardenal. No es extraña la reacción de un gobierno autoritario contra él, así como ha ido contra periodistas solo por nombrar el Premio Nobel de la Paz”, sostuvo el politólogo Luis Remiro.
Señaló que a pesar de los intentos de dialogar con la Casa Blanca por parte de Miraflores, la administración de Maduro no ha podido detener la escalada militar de EEUU y por ello presiona mucho más a lo interno. Vente Venezuela, organización política de María Corina Machado, denuncia al menos 30 detenciones en los últimos días.
“La amenaza de EEUU con su movilización de tropas en el Caribe hace lucir un poco débil a Maduro, que lo que hace es apretar hacia adentro, presiona a la oposición, encarcela a más personas al ver que de momento el diálogo está bloqueado con EEUU. Mientras más presiona Washington a Maduro, este presiona más a lo interno. A ello se suma el hecho de que históricamente la relación del chavismo con la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha sido de conflicto”, añadió.
En vísperas del acto de canonización del Médico de los pobres y la madre Carmen Rendiles (18 de octubre), Porras recordó en Roma a los presos políticos, en sintonía con la protesta pacífica de la diáspora en Italia.
También se hizo eco de la posición expresada por la CEV sobre que Venezuela vive una “situación moralmente inaceptable”, marcada por la pobreza, la corrupción, la falta de autonomía de los poderes públicos y una creciente militarización del poder que —según advirtió— “excita a la violencia y la introduce como parte de la vida cotidiana”.
“Para la Iglesia, liderada por la CEV y figuras como el cardenal Baltazar Porras, las canonizaciones representaron un momento de renovación espiritual y un llamado a la reconciliación, la justicia y la liberación de presos políticos. Para el gobierno de Maduro, una oportunidad para reforzar su narrativa de unidad nacional y legitimidad popular, apropiándose del simbolismo de los santos para fines políticos”, opina el politólogo Joaquín Ortega.
“Venezuela no vive una democracia”Lo que también “irrito al chavismo” que buscaba mejorar su imagen con las canonizaciones es que el Vaticano, de acuerdo con Joaquín Ortega, respaldó el mensaje de Porras: el cardenal Pietro Parolin, en una misa en San Pedro (20 de octubre), llamó a «abrir las prisiones injustas», en clara referencia a la situación venezolana. A su juicio, la Iglesia buscó que las canonizaciones fueran un momento de unidad espiritual, no de división.
El pasado domingo 26 de octubre, el mismo cardenal Porras denunció a través de un video que fue impedido de trasladarse a Trujillo para presidir una misa por la canonización del Dr. José Gregorio Hernández. Primero le avisaron sobre la cancelación de su vuelo con la estatal Conviasa y al optar por un vuelo privado desde Maiquetía, obligaron a la aeronave a aterrizar en Barquisimeto. Intentó llegar por tierra al pueblo natal de San José Gregorio, pero un despliegue militar lo evitó.
“La arbitrariedad queda evidenciada en que no hay suspensión de garantías en el país como para que se le negara al cardenal viajar a Trujillo. Se le violó su derecho al libre tránsito en medio de un desplazamiento normal hacia un estado para presidir una misa. Eso no representaba un peligro para nadie”, coincidió el exparlamentario Pedro Pablo Alcántara.
Sostuvo que sí fue un pase de factura por lo expresado por Porras en Roma, también se le viola su derecho a la libre opinión, al igual que a muchos venezolanos dentro del país.
“Exigile a la Iglesia neutralidad ante violaciones de derechos humanos es un abuso de poder y la opinión no es un delito”, subrayó.
Este lunes 27 de octubre, el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, sin hacer alusión a la denuncia de Porras, le exigió neutralidad a la jerarquía eclesiástica y recordó que es la misma que participó en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002 y ahora se alínea con los intereses de EE.UU. UU..
Un día después de la canonización (20 de octubre), Maduro señaló a Porras de “conspirar” para evitar la canonización de Hernández.
“El gobierno no está dando espacio para nada y con ello nos acercamos más a Nicaragua.. No se si llegaremos completamente, pero sin duda, en Venezuela no se vive una democracia; lo vemos claro en el comportamiento del gobierno contra la Iglesia, entre muchas otras cosas”, sostuvo Remiro.
“Todavía falta”Para Alcántara, Maduro va dirigido incluso a superar los “excesos” del régimen nicaragüense contra sus propios nacionales, puesto que se asoman medidas como el retiro de la nacionalidad a opositores.
“Estamos en el cuadro de Nicaragua, pero Venezuela tiene tradición libertaria, es nuestra posición histórica como nación. Copiar a Ortega no enaltece a Maduro, lo reafirma en el camino del autoritarismo”, advirtió el exparlamentario.
La ONG Foro Penal contabiliza en Venezuela 866 presos politicos21 de ellos detenidos en la última semana.
Para el politólogo Ortega, lo que hace que Venezuela no haya alcanzado el nivel de confrontación de Nicaragua es justamente lo que califica como la “diplomacia vaticana” que sí fue anulada en el país centroamericano tras la expulsión del nuncio apostólico (2023) y el cierre de canales diplomáticos. En Venezuela, destacó, la Nunciatura Apostólica en Caracas permanece operativa, lo que de momento hace posible que los canales de comunicación entre Miraflores y el Vaticano sigan abiertos, pese a las diferencias con la CEV.
“La Conferencia Episcopal Venezolana, bajo líderes como Porras, mantiene una voz unificada y un prestigio moral intacto, respaldada por el Vaticano y la comunidad internacional. En Nicaragua, la Iglesia está más fragmentada, con obispos silenciados o cooptados”, dijo.
Cree que Miraflores no fue más allá contra Porras porque, aunque quiso mostrar “control”, fue “cauteloso” para no alterar percepciones en una población devota.




