Venezuela afirmó el lunes haber desmantelado una célula financiada por la CIA que planeaba un ataque con bandera falsa contra un buque de guerra estadounidense desplegado en el sur del Caribe, mientras Washington aumentaba la presión sobre Caracas enviando bombarderos cerca.
Las autoridades venezolanas dijeron que descubrieron una operación dirigida al USS Gravely, un destructor de misiles guiados que atracó el domingo en Trinidad y Tobago, a poca distancia de fuego del continente venezolano.
La llegada del barco provocó indignación en Caracas, que lo calificó de “provocación” y afirmó que tenía como objetivo “provocar una guerra en el Caribe”.
También profundizó las tensiones con Trinidad y Tobago, cuya primera ministra, Kamla Persad-Bissessar, es una fuerte crítica del venezolano Nicolás Maduro y partidaria de la campaña militar del presidente estadounidense Donald Trump contra los narcotraficantes en el Caribe.
Maduro anunció el lunes por la noche que había suspendido un acuerdo de gas con Trinidad y Tobago, acusando a Persad-Bissessar de transformar a su nación “en un portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela”.
Como parte de la campaña de Trump, el Pentágono ha desplegado hasta ahora siete buques de guerra en el Caribe y uno en el Golfo de México.
Estados Unidos también ha anunciado la inminente llegada del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del mundo, y la flota que lo acompaña.
Venezuela y algunos observadores creen que la administración de Trump está utilizando los despliegues militares para ejercer presión sobre el gobierno y deponer a Maduro, a quien Washington no reconoce como el presidente legítimo.
El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, dijo el lunes que una célula “financiada por la CIA” planeaba atacar al USS Gravely e incriminar a Caracas.
Cuatro personas fueron arrestadas, dijo Cabello, sin brindar detalles sobre los presuntos sospechosos. Venezuela afirma regularmente haber arrestado a mercenarios respaldados por Estados Unidos que trabajan para desestabilizar la administración de Maduro.
Además de su fortalecimiento naval, Trump confirmó recientemente que autorizó las operaciones de la CIA en Venezuela y consideró realizar ataques terrestres.
Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han destruido al menos 14 embarcaciones que, según dijeron, transportaban narcóticos, matando a 57 personas en aguas internacionales; 14 de los cuales fueron asesinados este miércoles.
Los expertos cuestionan la legalidad de los ataques mortales y Washington no ha ofrecido más pruebas que videos aéreos de los ataques para vincular los barcos con el tráfico.
Bombarderos
Las tensiones aumentaron aún más el lunes cuando dos bombarderos B-1B estadounidenses sobrevolaron el Caribe cerca de Venezuela, la tercera demostración de fuerza de este tipo en las últimas semanas.
Los datos del sitio web de seguimiento Flightradar24 mostraron que los dos bombarderos, que despegaron de una base en el estado de Dakota del Norte, en el norte de Estados Unidos, volaron paralelos a la costa venezolana antes de desaparecer de la vista.
Las misiones anteriores incluyeron una salida de B-1B la semana pasada y un vuelo de B-52 a principios de este mes, lo que indica la disposición de Washington a aumentar la presión sobre el gobierno de Maduro.
Washington y Caracas han estado en desacuerdo durante años, y Estados Unidos rechazó las victorias electorales de Maduro en 2018 y 2024 como fraudulentas.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, había instado más temprano el lunes a suspender los acuerdos de gas con Trinidad, para elevar el costo de la crisis para Estados Unidos y su aliado.
La primera ministra de Trinidad, Persad-Bissessar, rechazó lo que calificó de “chantaje” venezolano y dijo a la AFP que su país sigue comprometido con la seguridad y la cooperación energética.
Washington autorizó recientemente a Trinidad y Tobago a explotar el campo de gas Dragon en aguas venezolanas a pesar del embargo petrolero estadounidense, lo que profundizó las fricciones entre los vecinos.
Maduro, que niega las acusaciones estadounidenses de que lidera una red de narcotráfico, ha acusado a Washington de “fabricar una guerra” con fines políticos.
– AFP
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