En 2002, el entonces Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O’Neill, dijo: “Estamos trabajando para encontrar una manera de crear una Argentina sostenible, no sólo una que siga consumiendo el dinero de los plomeros y carpinteros de los Estados Unidos”. Qué poco parece haber cambiado desde entonces, tanto en la crisis que encontró al presidente Javier Milei en la Casa Blanca el martes pasado como en la naturaleza de la respuesta ambivalente del presidente estadounidense Donald Trump. Si otro O’Neill (Consejo del orador) dijo la famosa frase: “Toda la política es local”, esto no puede ser ignorado por Trump, quien se ve a sí mismo como un hombre de dos mundos: su autoimagen como el genio global que libera a los rehenes de la Franja de Gaza y rescata a Argentina debe equilibrarse con atención no tanto a los plomeros y carpinteros como a los agricultores y pacientes de atención médica (y tal vez también al multimillonario tenedor de bonos del actual Secretario del Tesoro de los EE. UU., Scott Bessent). amigos).
Las disruptivas declaraciones de Trump que vinculan la “generosidad” estadounidense a que Milei ganara las elecciones intermedias de la próxima quincena deben verse en el contexto de esta dicotomía pero, cualquiera que sea su origen, su impacto fue desastroso, transformando la visita de Milei a la Casa Blanca de un logro supremo a otro desencadenante más de turbulencia en el mercado. Efectivamente dieron vuelta la fórmula de Milei para ganar las elecciones intermedias: en lugar de que la asistencia financiera estadounidense resulte ser una carta de triunfo, por así decirlo, ahora hay que ganar las elecciones para tener derecho a esa ayuda.
Dio la casualidad de que al día siguiente se produjo un repunte parcial en los mercados de valores, al menos con Bessent bajando el listón electoral a suficientes diputados para mantener los vetos presidenciales y ofreciendo otros 20.000 millones de dólares además del swap de divisas, lo que no impidió que el dólar superara los 1.400 pesos –si el tango dice “20 años no es nada”, casi parecería que 20 mil millones de dólares tampoco son nada. Mientras esta carta de triunfo electoral se tambalea, el otro as bajo la manga de Milei de reducir la inflación a un par de por ciento mensual a través del equilibrio fiscal también languidece, no porque este logro innegable no sea apreciado, sino porque parece tener un precio demasiado alto en forma de un peso sobrevaluado, tasas de interés e importaciones que golpean una estructura productiva que no está a la altura de los tiempos modernos.
Este editorial no propone profundizar más en este tema, no tanto porque el constante caos del mercado esté lejos de ser un capítulo cerrado sino porque está pervirtiendo estas elecciones intermedias convirtiéndolas en un plebiscito como el de la provincia de Buenos Aires hace un mes y un empobrecedor debate de campaña. La elección de 151 nuevos legisladores no debe limitarse a propuestas de un solo tema. Poco o nada se dice sobre la revolución tecnológica que domina la agenda en otras partes del mundo, encabezada por la inteligencia artificial (para la cual se ha anunciado una inversión de 25 mil millones de dólares en un centro de datos de Stargate Argentina, pero que también amenaza a casi todos los empleos actuales).
Más allá de eso, la lista de cuestiones más allá del “libertad del kirchnerismo”La elección a la que supuestamente están limitados los votantes es casi infinita. Las deficiencias educativas y el aumento del empleo informal se mencionan al menos esporádicamente sin entrar en profundidad, pero ¿algún candidato ha profundizado en el enorme impacto social de una tasa de natalidad en caída? Hay hasta 15 listas por distrito debido a la suspensión del filtro primario de las PASO, pero hay pocas señales de que alguno incluya a activistas verdes deseosos de discutir el cambio climático. En el ámbito de la atención sanitaria, los problemas de salud mental han crecido exponencialmente hasta convertirse en Casi una nueva pandemia que rivaliza con los trastornos de la salud física (donde la dieta se está convirtiendo en un factor que coincide con la enfermedad), pero ¿quién habla de eso? La adicción a las drogas sí emerge, pero generalmente subordinada a la lucha contra el crimen, mientras que se ha redactado un proyecto de ley sobre las apuestas en línea, pero todo ello en un segundo plano junto con una maraña de cuestiones más locales.
Si la próxima generación de diputados y senadores se elige según el lema “libertad del kirchnerismo”, esto garantizará un mayor empobrecimiento del debate porque estos dos extremos de polarización son en gran medida responsables de una fuerte caída en la calidad del Congreso en las últimas dos décadas. Comenzó con el dogmatismo de los militantes de La Cámpora pero sólo se ha profundizado por la extrema mediocridad de los diputados libertarios: cuando se reclutan candidatos, casi parece desconfiar de cualquier señal de inteligencia debido a la crónica volatilidad del caucus, cuya verdadera causa es la apertura a los oportunistas cuando faltan verdaderos creyentes en la escuela austriaca de economía.
Si la intervención de Trump y el escándalo de José Luis Espert han desplazado cuestiones menos urgentes pero más importantes, no es de extrañar que se tema tanto la apatía electoral.
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