Con el apoyo de Estados Unidos, República Dominicana anunció la suspensión de la X Cumbre de las Américas que se realizará en Punta Cana del 1 al 5 de diciembre de 2025. La razón esgrimida por el anfitrión: la situación en la región (condiciones de seguridad) a partir del despliegue militar ordenado por la Casa Blanca en el Caribe y la “dificultad para un diálogo productivo”. Desde distintos análisis, la división evidenciada entre los países en sus posiciones sobre las acciones militares de Washington y la presión sobre la administración de Nicolás Maduro, entre otros temas, dieron al traste con la cita en un hecho sin precedentes en la historia del foro multilateral. El aplazamiento del foro, en opinión de internacionalistas consultados por Efecto Cocuyo, dejó al descubierto que no sería, por ahora, un espacio para consensos y acuerdos. Dominicana jugó posición adelantada República Dominicana apoyó su decisión de aplazar la Cumbre para el próximo año en el “consenso” de sus socios más cercanos, incluyendo Estados Unidos y otros “países claves”. Este año, el lema del foro era “Construyendo un hemisferio seguro, sostenible y de prosperidad compartida”. juicio, la convocatoria se aplaza en la búsqueda de “calmar las aguas” o buscar el ansiado consenso, por lo que, apuntó, no se quiso dar el espectáculo de movilizar la gran logística que implica el evento para “no llegar a nada”. “La región está totalmente dividida sobre el enfoque que hay que darle a ciertos aspectos. A lo mejor, República Dominicana quiso hacer una Cumbre para venderse y pensó que no lo iba a conseguir, sino que pasaría como una simple reunión que no va a dejar un trasfondo muy relevante”, agregó el profesor universitario. «Apoyamos plenamente la decisión de posponer la Cumbre y continuar trabajando junto a la República Dominicana y otros países de la región para planificar un evento productivo en 2026 que estará enfocado en el fortalecimiento de las alianzas y reforzar la seguridad de nuestros ciudadanos», fue el pronunciamiento del secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, en sus redes sociales. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, apoyó públicamente decisión de gobierno dominicano Crédito: EFEDos narrativas que buscan dominar “La Cumbre de las Américas es un espacio en sí mismo político, porque reúne a las jefaturas de los Estados y responde a las dinámicas políticas de la región y, por ese hecho, si bien las causas de la suspensión no tienen precedentes, alrededor de la Cumbre siempre hay mucha tensión. expresó la internacionalista Nasstaja Rojas. Desde su punto de vista, alrededor de la suspensión de la convocatoria hay dos narrativas que se tratan de imponer. La falta de condiciones de seguridad y para un diálogo que alega República Dominicana y la otra, promovida por gobiernos autoritarios como Cuba, Nicaragua y Venezuela, que apunta a una “victoria política”, en el sentido de que sin ellos la Cumbre no tenía sentido y así se entendió y por ello “fracasó”. Recordó que Cuba ha llevado esa narrativa Cumbre tras Cumbre. Para el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, “el señor de la guerra”, como llama a Rubio, es el “responsable” de la suspensión de la Cumbre. El ministro del Interior y Justicia de Maduro sostiene que Estados Unidos quería evitar las críticas por la “amenaza militar de Washington” en el Caribe. “El ambiente no les favorece, muchos países iban a utilizar esta Cumbre como plataforma para denunciar el injustificado despliegue militar de EEUU en el Caribe y los asesinatos extrajudiciales. Pero además Rubio está trabajando en un falso positivo para aumentar las tensiones entre EEUU y Venezuela, por eso tampoco le convenía que la Cumbre se hiciera”, acusó Cabello. ¿A quién favorece el aplazamiento? Para Rojas, más que los intentos de países como Venezuela, de ganar el “pulso” a la suspensión de la Cumbre, le preocupa los esfuerzos de los regímenes autoritarios de “implosionar” los espacios de diálogo en la región que no están alineados completamente con sus intereses y que parece haber tenido éxito en esta oportunidad. Resaltó el rechazo de otros Jefes de Estado como Gustavo Petro, de Colombia, y Claudia Sheinbaum, de México, a las exclusiones de los regímenes no democráticos de Daniel Ortega, Miguel Díaz-Canel y de Maduro. Especialmente de este último, porque considera que le da un nuevo aire en la región, a pesar del fraude electoral cometido el 28 de julio de 2024, con los comicios presidenciales. El presidente de Colombia, Gustavo Petro había respondido a Dominicana que no asistiría a la Cumbre por excluir al gobierno de Maduro. En septiembre, el gobierno dominicano de Luis Abinader informó que, a efectos de generar una “mayor convocatoria y asegurar el desarrollo” de la Cumbre, no serán invitadas Cuba, Nicaragua y Venezuela al foro, lo que generó críticas y reacciones. Los presidentes de México y Colombia respondieron que no asistirían a la cita, tras advertir que el “diálogo no comienza con exclusiones”. El apoyo hacia Caracas, La Habana y Managua escaló en el sentido de que ya en 2022, con EEUU como anfitrión, fueron excluidos sus gobiernos por su historial negativo contra los derechos humanos, pero México y Bolivia al menos enviaron a sus cancilleres. “Es preocupante porque esto lo que demuestra es como un nuevo aire y un refuerzo que están teniendo los regímenes autoritarios en la región y que el multilateralismo en la región está sufriendo una crisis profunda, lo está teniendo globalmente, pero regionalmente hay una gran fragmentación que nos está impidiendo cualquier tipo de diálogo en el ámbito americano por ahora”, advirtió la internacionalista. En coincidencia, Álvarez llama la atención, no sobre derrotados o victoriosos, sino el peligro que se cierra sobre el multilateralismo, sobre la institucionalidad internacional, de no poder hacerse este tipo de Cumbres porque no se puede avanzar en consensos. No se apoya a EEUU, pero tampoco a Maduro. Sobre las tensiones entre EEUU y Miraflores, específicamente, Álvarez considera en cambio que hay distintos enfoques sobre lo que está ocurriendo en relación con ese tema. “El hecho de condenar o criticar la actuación de EEUU en la región no implica que la gente se retrate con los gobiernos de Nicaragua, Venezuela o Cuba, sino que no están de acuerdo con la posición de Washington. No es que estén haciéndole un guiño a esos gobiernos, sino que no le gusta como EEUU actúa en ciertas coyunturas y tampoco la actitud de otros países que sí avalan las acciones de la Casa Blanca”, sostuvo. En este sentido, insistió, no se iba a llegar a consensos o acuerdos sobre ese tema, entre otros, más cuando países como Colombia y Brasil, destacaron, han abandonado la necesidad de debatir la postura estadounidense en diversos escenarios. “Eso en parte, divide a la región entre los que ven con buenos ojos lo que hace la administración de Donald Trump y los que ven con inquietud sus acciones, eso pudo privar. No es momento para hacer una cumbre, porque tendría que abordar esos temas que representarían ciertas diferencias y no se va a llegar al consenso que es el deber ser de esas cumbres, que haya debates, pero que se trate de avanzar en posiciones comunes o conjuntas y en ese escenario es muy difícil verlo”, concluyó.En medio del anuncio de suspensión de la Cumbre de las Américas, Petro promueve la participación en la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que se celebrará en la caribeña ciudad de Santa Marta el 9 y 10 de noviembre, para tratar el tema EEUU-Venezuela. Se espera la asistencia de 33 países de la Celac y los 27 de la UE. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha confirmado su asistencia.
La suspensión de la Cumbre de las Américas refleja divisiones sobre el despliegue militar en el Caribe
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