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Sunday, October 26, 2025

Después de 20 años de socialismo, Bolivia se prepara para el cambio con la segunda vuelta presidencial de derecha

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Bolivia elegirá entre dos figuras de derecha en las elecciones presidenciales del domingo, poniendo fin a dos décadas de gobierno socialista que ha dejado a la asediada nación sudamericana en números rojos.

Sin dólares, sin combustible y con una inflación anual cercana al 25 por ciento, los votantes cansados ​​de la lucha rechazaron rotundamente al partido Movimiento al Socialismo (MAS), fundado por el ex presidente Evo Morales, en una primera vuelta electoral en agosto.

El domingo elegirán a uno de los dos opositores acérrimos del MAS con la esperanza de un cambio: el senador Rodrigo Paz o el ex presidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga.

De cualquier manera, el país pondrá fin a un experimento económico marcado por una prosperidad inicial financiada por la nacionalización del petróleo y el gas por parte de Morales, seguida por una escasez crítica de combustible y divisas bajo el gobierno del actual Luis Arce.

Bolivia, un país rico en litio con 11,3 millones de habitantes, se enfrenta a su peor crisis económica en cuatro décadas, y es común ver largas colas en las gasolineras o en las tiendas que venden arroz y petróleo subsidiados.

“Hay desesperación, la mayoría de la gente vive el día a día”, dijo Pamela Roque, una técnica quirúrgica de 29 años que está considerando emigrar por falta de empleo. “Aquí las cosas no nos van a ir bien”.

Bajo Morales, el primer presidente indígena del país, Bolivia registró el crecimiento económico más rápido de América del Sur y redujo drásticamente la pobreza y el desempleo, mientras los ingresos gubernamentales provenientes de los hidrocarburos nacionalizados se dispararon. Invirtió mucho en programas sociales.

Pero con una inversión insuficiente en el sector, la producción de petróleo bajo el gobierno de Luis Arce, aliado de Morales y convertido en rival, se desplomó y Bolivia casi agotó sus reservas de dólares para sostener una política universal de subsidio al combustible.

Arce dejará el cargo el 8 de noviembre después de cumplir un solo mandato presidencial a partir de 2020. La Constitución de Bolivia permite dos mandatos, pero Arce no buscó la reelección.

“No puedo tener ambos”

Con un 44,9 por ciento de intención de voto declarada, Quiroga, de 65 años, tiene una estrecha ventaja sobre Paz, de 58 años, que disfruta de un apoyo del 36,5 por ciento, según una encuesta de Ipsos-Ciesmori.

Quiroga, ex vicepresidente de Hugo Banzer, cumplió un breve período como presidente en 2001 y 2002, cuando el titular enfermó.

El ganador enfrentará una ardua tarea: heredará una economía en recesión, según el Banco Mundial.

“Con cualquiera de las dos, si no se dan soluciones rápidas, el coste social y el riesgo de protestas será alto”, afirmó la politóloga Ana Lucía Velasco.

Quiroga, un ingeniero formado en Estados Unidos que lidera la coalición de centroderecha LIBRE – Libertad y Democracia, comúnmente conocida como Libre, ha propuesto una inyección de 12.000 millones de dólares en la economía con préstamos internacionales y para impulsar la inversión extranjera.

Para su rival Paz, economista e hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), la solución radica en equilibrar el presupuesto antes de aceptar más préstamos.

La deuda externa de Bolivia es casi un tercio del PIB.

Paz, que lidera el Partido Demócrata Cristiano (PDC), ha prometido recortar impuestos, eliminar los derechos de importación y garantizar “el capitalismo para todos, no sólo para unos pocos”, al tiempo que descarta medidas estrictas de austeridad.

Ambos candidatos proponen mantener los subsidios a los combustibles sólo para el transporte público y sectores económicos vulnerables, así como mantener programas y bonos sociales.

Pero Velasco sostiene que “no se pueden tener ambas cosas”: mantener los subsidios y al mismo tiempo estabilizar la economía.

“La gente tiene sus esperanzas puestas en promesas electorales muy difíciles, quizá imposibles, de cumplir”, afirmó a la AFP.

El elector boliviano Jorge Serrano, un constructor jubilado de 73 años, dijo que no confiaba en ninguno de los candidatos.

“¿Qué me pueden dar? La pensión que tengo no alcanza para nada”, dijo Serrano.

La pensión de vejez en Bolivia es de poco más de 100 dólares mensuales.

Sombra de Morales

El Partido Demócrata Cristiano de Paz tiene el mayor número de legisladores en el parlamento, pero no tiene mayoría. La alianza de Quiroga es la segunda fuerza más grande.

Fuera del Congreso, ambos enfrentarían una dura oposición de Morales, quien sigue siendo popular, especialmente entre los votantes indígenas, pero tiene prohibido constitucionalmente postularse para otro mandato.

Morales, que es objeto de una orden de arresto por trata de personas por una supuesta relación sexual con un menor -una acusación que él niega-, ha prometido protestas masivas si la derecha regresa al poder.

“Junto con el pueblo llevaremos la lucha a las calles”, dijo en agosto.

Los dos candidatos de derecha en duelo por el puesto más alto de Bolivia Un expresidente y un senador se enfrentarán el domingo en la segunda vuelta presidencial de Bolivia.

El senador Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, remontó para ocupar el primer puesto con el 32 por ciento de los votos emitidos en una primera vuelta en agosto, pero desde entonces se ha quedado atrás del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libre, en cuanto a intención de voto declarada.

He aquí un vistazo a los dos candidatos:

Paz: ‘Capitalismo para todos’ El hijo de 58 años del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) nació en España, donde su familia huyó de sucesivas dictaduras militares y donde pasó sus primeros años en el exilio.

Heredero de una dinastía política, ha sido alcalde, congresista y ahora se desempeña como senador por Tarija, un departamento rico en petróleo y gas de donde proviene su familia. El linaje del candidato también incluye a su tío abuelo Víctor Paz Estenssoro, cuatro veces presidente de izquierda.

En entrevistas con la AFP, los votantes describieron a Paz como libre de asociación con los socialistas ampliamente desacreditados en el poder durante los últimos 20 años, o con la derecha tradicional representada por Quiroga.

Sus oponentes, sin embargo, dicen que Paz tiene el respaldo del partido MAS creado por el agitador izquierdista Evo Morales y al que muchos culpan por los problemas económicos del país.

En una campaña electoral marcada por difamaciones y desinformación, Paz prometió reducir los impuestos, eliminar todos los derechos de importación y garantizar “el capitalismo para todos, no sólo para unos pocos”. También ha abogado por un alto grado de descentralización.

Parte de su atractivo se ha atribuido a su compañero de fórmula, el muy popular ex capitán de policía Edmand Lara, conocido por sus andanadas contra la corrupción.

Los críticos dicen que Paz está tratando de ser todo para todos.

Quiroga: defensor del ‘estado pequeño’ Quiroga, ingeniero formado en Estados Unidos y originario de la ciudad central de Cochabamba, ha trabajado en IBM, así como en importantes empresas bancarias y mineras de Bolivia entre sus períodos en la política. También ha representado a Bolivia ante el FMI y el Banco Mundial.

Quiroga se desempeñó como vicepresidente durante el gobierno de Hugo Banzer. Cuando el titular renunció en 2001 debido a un cáncer, Quiroga cumplió los 12 meses restantes de su mandato. El neoliberal de 65 años, de voz franca y con una habilidad especial para las frases cortas, es uno de los favoritos de los bolivianos más ricos de ascendencia europea.

“Creo que este ‘Tuto’ tiene algo. Es economista, es empresario. Pero tiene don de tratar a la gente”, dijo Paul Chacón Díaz, un empresario de 56 años.

Quiroga ha adoptado su apodo de “Tuto” como parte de su identidad jurídica. Alpinista aficionado y ávido corredor, perdió ante candidatos socialistas en las elecciones presidenciales de 2005 y 2014. También se postuló en 2020, pero abandonó en el último minuto debido a su mala posición en las encuestas.

Prometió ir más lejos que otros aspirantes a liberalizar la economía después de lo que llama “20 años de sufrimiento, de dolor, de vergüenza, de corrupción” bajo el partido izquierdista MAS fundado por Morales. Insistiendo en que está “totalmente comprometido con la lucha por la democracia” en el país y en el extranjero, Quiroga ha dicho que rompería los lazos con los gobiernos autoritarios de izquierda en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Los miembros del equipo de campaña han descrito a Quiroga como una persona trabajadora y orientada a resultados. Pero sus detractores lo ven como sinónimo de las divisiones raciales de Bolivia.

“La extrema derecha para mí es Tuto, porque discrimina a los collas” como se llama a los indígenas aymaras de Bolivia, dijo Daniel López, un lustrabotas de 43 años en La Paz.

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por Gonzalo Torrico y José Arturo Cárdenas, AFP

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