En el otro extremo, hay naciones ricas prácticamente sin efectivo como Suecia (14%), Noruega (10%) y Corea del Sur (10%), que muestran cómo la infraestructura de pagos digitales se correlaciona con el desarrollo económico. Mientras tanto, en lo que Rao denomina la “trampa de los ingresos medios”, hay países como México (80%), India (70%) y Tailandia (65%), que demuestran que un desarrollo económico moderado no implica automáticamente la adopción digital. Argentina está dentro de este grupo al tener un porcentaje del 70%, según el ranking. Argentina y la “trampa del efectivo” Hay entonces economías donde la pobreza y las limitaciones bancarias alimentan la dependencia del efectivo, siendo Myanmar el caso emblemático con un 98% de uso de efectivo, seguido de cerca por Etiopía y Gambia (95%). En este grupo se ubican también Albania, Camboya, Laos, Líbano, Nepal y Pakistán (90%). Le siguen Irak, Irán, Cuba y Mongolia (85%), y luego Egipto, Fiji, Gabón, Jamaica, Jordania, México (el país de América con el mayor porcentaje), Moldavia y Sri Lanka (80%). Detrás, con niveles de 60 a 75%, se encuentran Tanzania y Trinidad y Tobago (75%), Argentina, Colombia, Haití, India, Indonesia, Madagascar, Maldivas, Ucrania y Vietnam (70%). Después, Nicaragua (69%), Malta (67%), Malí, Marruecos, Serbia y Tailandia (65%), seguidas de Italia y Sudáfrica (62%), Austria (61%), y con el 60% Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Chile, República Dominicana, Japón, Cabo Verde, Kosovo, Perú y Venezuela. Muy cerca se posicionan con el 57% Eslovaquia, Eslovenia y España, mientras que Belice, Grecia, Namibia, Macedonia del Norte, San Marino, Túnez y Hungría tienen un 55%. “En estos países, una gran parte de la población sigue sin acceso a servicios bancarios, la penetración de internet es baja y los comerciantes no pueden permitirse el lujo de instalar terminales de pago con tarjeta”, señala el informe. En consecuencia, la moneda física proporciona el medio de intercambio más sencillo, económico y fiable, aunque limite la capacidad de los consumidores para ahorrar de forma segura o acceder al crédito. pesos salarios.jpg Depositphotos El efectivo en países desarrollados En términos generales, el efectivo sigue siendo prácticamente omnipresente en los países de bajos ingresos, y su uso comienza a disminuir a medida que se desarrolla la economía. Incluso en países de ingresos medios se observa un alto uso de efectivo: Camboya, Laos y Nepal (90%), mientras que India logra reducirlo al 70% gracias a su Interfaz Unificada de Pagos (UPI) respaldada por el gobierno. A mitad de la tabla mundial aparece Alemania (51%), seguida de Bahamas, Barbados, Bermuda, Botswana, Bulgaria, Islas Caimán, Chipre, Croacia, Lituania, Mauricio, Montenegro, Omán, Portugal y Seychelles (50%). Cerca están Bélgica (47%), Irlanda y Polonia (45%), Filipinas (44%), Costa Rica, Ecuador, Francia, Kenia, Letonia y Turquía (40%). Con niveles de 30% a 20%, figuran Malasia (32%), Estonia, Georgia, Kuwait, Luxemburgo, Panamá, Arabia Saudita, Suiza, Taiwán, República Checa y Uruguay (30%), Finlandia (27%), Qatar (25%), Brasil (22%), y con el 20% Andorra, Bahréin, Brunéi, Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong, Mónaco, Países Bajos, Rumania y Singapur. En el pelotón de los que menos efectivo utilizan figuran EE.UU. (16%), Israel, Canadá y Nueva Zelanda (15%), luego Suecia (14%), Dinamarca, Inglaterra y Escocia (12%), y con los menores niveles Australia, Islandia, China, Noruega y Corea del Sur (10%). Tecnología, cultura y desconfianza Según explica Rao, el Índice de Efectivo de Divisas (FOREX Cash Index) recopila datos de Statista, Numbeo y otros informes globales, además de publicaciones anuales de bancos centrales. El índice responde al interrogante de los turistas sobre dónde se necesita más efectivo al viajar. En el extremo opuesto, las economías avanzadas con ecosistemas fintech maduros están eliminando rápidamente los billetes y las monedas. “La banda ancha universal, la alta penetración de los teléfonos inteligentes y los sólidos marcos de protección al consumidor brindan a los compradores la confianza necesaria para digitalizar completamente sus compras”, detalla el informe. Mientras tanto, los comerciantes se benefician de una liquidación más rápida y menores riesgos de seguridad. Hay países que se desvían del patrón general, como Japón (60%), que muestra un uso alto para una nación tan avanzada, debido al fuerte empleo de efectivo en zonas rurales. Del mismo modo, Alemania (51%) es una anomalía entre las naciones europeas ricas, algo que “puede deberse más a razones de privacidad y desconfianza en las grandes instituciones bancarias”. Por otro lado, China, de ingresos medios-altos, registra apenas un 10%, reflejando su rápido avance hacia los pagos móviles (Alipay/WeChat Pay), que incluso omitieron la infraestructura tradicional de tarjetas.




