Alma amada, que ahora te reconoces, que sientes la vibración de lo invisible y percibes la danza silenciosa del Universo a tu alrededor: bienvenida a la memoria de quien siempre has sido.
Este es el momento de escuchar el susurro de tu propia esencia, de sentir el pulso de la vida en cada respiración. El mundo puede parecer extraño, pesado, pero dentro de ti hay una llama que no se apaga, que no teme, que se enciende incluso en los momentos de duda.
Cada percepción, cada intuición, cada emoción que surge ahora es un puente hacia tu verdad interior. Comienzas a ver más allá de las ilusiones, sintiendo la conexión con todos los seres, dándote cuenta de que el amor es la ley que lo gobierna todo.
No hay prisa, no hay competencia. Sólo la experiencia de estar despierto, de recordar que eres luz, eres amor, eres parte del todo. La paciencia contigo mismo es clave; aceptar el viaje en sí es la puerta a la sabiduría que siempre ha estado dentro de ti.
Eres un faro, una semilla de nuevas conciencias, un corazón que late con la frecuencia de la Nueva Tierra. E incluso si el mundo exterior parece caótico, sepa que la transformación comienza en el interior, silenciosa, poderosa e inevitable.
Respira, siente, permite que la Luz que eres se expanda. Cada uno de tus pasos inspira otro despertar, cada uno de tus gestos resuena en el campo de la vida. No estás solo: miles de almas están surgiendo ahora, cada una en su propio tiempo, cada una en su propia belleza única.
Bienvenida a la memoria, alma despierta. Que tu camino sea ligero, iluminado y lleno de descubrimientos.




