Argentina está planeando flexibilizar marginalmente la proporción de reservas obligatorias que los bancos comerciales deben informar diariamente, en un intento por proporcionar gradualmente más liquidez y reactivar los préstamos, según una persona familiarizada con el asunto.
El comité del Banco Central, que se reunirá el jueves, busca flexibilizar la norma que exige el pleno cumplimiento diario del mantenimiento de reservas, dijo la persona, que pidió no ser identificada porque la información no es pública. A los bancos se les permitirá cubrir el 95 por ciento de las necesidades diarias, frente al 100 por ciento actual. Los ratios de reservas subyacentes varían según el depósito y el instrumento.
Un portavoz del Banco Central declinó hacer comentarios.
El ajuste apuntaría a dar a los bancos más flexibilidad en la gestión de su liquidez, ya que calcular los saldos diarios exactos es difícil y la regla actual los insta a mantener reservas excedentes para evitar fuertes sanciones.
El cambio se produce tras meses de cabildeo por parte de los bancos a través de grupos industriales, buscando alivio para reducir los costos de financiamiento y proteger la rentabilidad. Los funcionarios del Banco Central habían dicho a los ejecutivos bancarios que suavizarían las reglas una vez que terminaran las elecciones legislativas del domingo.
Los inversores ya anticipaban algún cambio de política en el horizonte.
“A mediano plazo, se espera que las autoridades reduzcan gradualmente los aumentos de reservas obligatorias de emergencia sobre los depósitos a la vista”, dijo Walter Stoeppelwerth, director de inversiones de Grit Capital Group, una corredora de bolsa argentina, en una nota a sus clientes el jueves. “La evidencia es cruda: la liquidez es peligrosamente escasa”.
Aun así, la eliminación de los controles de liquidez parece ir a un ritmo más lento que el que los responsables de las políticas aumentaron rápidamente los requisitos en los últimos meses. Es una concesión notablemente menor que la que habían solicitado los bancos. Los prestamistas, que enfrentaron una restricción de liquidez mientras el gobierno buscaba frenar una corrida sobre el peso mientras los mercados se convulsionaban antes de las elecciones de mitad de período, habían estado pidiendo a los funcionarios que pasaran del cumplimiento diario de las reservas al mensual.
Las tasas de interés sobre los activos en pesos alcanzaron brevemente niveles de tres dígitos tanto en los mercados monetarios como de capitales antes de las elecciones. Las ganancias se redujeron y las acciones de los principales prestamistas se desplomaron. La actividad bancaria central también se debilitó a medida que la economía se desaceleró y la morosidad aumentó al nivel más alto desde la pandemia. Prácticamente todos los bancos suspendieron los préstamos hipotecarios.
El Banco Central parece estar adoptando una actitud más cautelosa, dado que la flexibilización de los requisitos inyecta más pesos a la economía y podría desestabilizar la moneda. El miércoles, el Tesoro de Argentina dijo que renovó menos del 60 por ciento de la deuda local que vence en una subasta, lo que significa que un nuevo lote de pesos está a punto de llegar al mercado.
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por Ignacio Olivera Doll, Bloomberg
