La intervención del Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, en Argentina parece encaminada más a salvar a sus amigos que a ayudar a la nación, según ha alegado al menos un importante economista.
Varios fondos de cobertura con vínculos profesionales pasados con el Secretario del Tesoro mantienen posiciones importantes en bonos argentinos. El paquete de canje de 20 mil millones de dólares de Washington busca proteger sus retornos.
De acuerdo a Los New York Timesla asistencia financiera beneficiará a “firmas de inversión como BlackRock, Fidelity y Pimco, que tienen grandes inversiones en Argentina, así como a inversores como Stanley Druckenmiller y Robert Citrone, que trabajaron con Bessent cuando invertía para George Soros”.
Específicamente, Argentina enfrenta pagos de deuda en enero y julio del próximo año que ascienden a aproximadamente 8.500 millones de dólares en bonares y globales bonos, y se cree que el 85 por ciento está en manos privadas.
El economista ganador del Premio Nobel Paul Krugman ha escrito dos artículos sobre el plan de rescate propuesto por Bessent. En una publicación reciente en un blog, señaló que “algunos multimillonarios de fondos de cobertura estadounidenses, personalmente cercanos a Bessent, apostaron fuerte por Milei y compraron bonos argentinos”.
“Es casi seguro que el paquete de rescate no logrará cambiar la economía de Argentina y probablemente no rescatará a Milei políticamente. Pero puede ganar tiempo suficiente para que los amigos de Bessent saquen gran parte de su dinero antes de que la economía argentina se desplome”, añade Krugman.
Bloomberg informó que Discovery Capital Management de Rob Citrone “obtuvo rendimientos superiores al 20 por ciento este año y aumentó sus posiciones en bonos argentinos después de las caídas del mercado a principios de septiembre”.
A finales de septiembre, Bessent anunció en las redes sociales que el Tesoro de Estados Unidos estaba negociando un paquete de ayuda financiera con Argentina, que incluía un swap de divisas por valor de 20.000 millones de dólares. La publicación también mencionó la compra de bonos como parte del rescate financiero.
“Una de las personas que instó a Bessent a intervenir en nombre de Milei es el viejo amigo y ex colega de Bessent, Rob Citrone, un multimillonario de fondos de cobertura que apostó fuerte por el éxito de Milei y compró más activos argentinos justo antes del anuncio de Bessent”, recordó Krugman.
Hay otra conexión que une a Bessent con Argentina a través de Tania Reif, fundadora del fondo Senda Digital Assets y socia del actual viceministro de Economía de Argentina, José Luis Daza.
Como informó el periodista Juan Cruz Soqueira en PerfilReif formó parte de Soros Fund Management, donde trabajó con Bessent, entonces director de inversiones de la empresa y una de sus figuras más influyentes.
Durante ese período, Reif formó parte del equipo de analistas y gestores de cartera especializados en estrategias de divisas y bonos soberanos en mercados emergentes, un campo en el que Bessent ya había construido su reputación.
Dos episodios importantes consolidaron la posición de Bessent en las finanzas globales. El primero fue el “miércoles negro” en 1992, cuando el fondo de Soros apostó contra la libra esterlina y derrotó al Banco de Inglaterra, obteniendo alrededor de mil millones de dólares en ganancias. El segundo llegó en 2013, cuando ganó aproximadamente 1.200 millones de dólares apostando a la devaluación del yen japonés.
El historial de Bessent demuestra que es un especialista en el comercio de divisas. Queda por ver si la reciente operación del Tesoro estadounidense –comprar pesos y vender dólares– funcionará. El secretario del Tesoro sostuvo que el peso argentino está “subvaluado”.
Por ahora, los argentinos muestran más apetito por los dólares que el Tesoro estadounidense por los pesos, y muchos analistas se preguntan si Bessent logrará “domesticar” el mercado argentino.
La conexión de Bessent con Argentina se remonta a la década de 1990, cuando trabajó para George Soros, quien hizo una importante inversión en IRSA, la empresa propietaria de varios de los principales centros comerciales y edificios emblemáticos de Buenos Aires.
“IRSA creció bajo el paraguas de Soros, cuando en 1990 el magnate emitió un cheque por 10 millones de dólares a dos jóvenes argentinos, Elsztain y [Marcelo] Mindlin, que llamó a la puerta de su oficina en Manhattan”, recordó un Clarín informe de 2000, que señalaba que Soros vendió más tarde casi todas sus propiedades en el país.
De acuerdo a Perfilno está claro cuánto duró la asociación de Soros con IRSA ni en qué condiciones. Fuentes cercanas al empresario -hoy amigo del presidente Javier Milei- dijeron que actualmente no hay ningún contacto con Bessent, “más allá de haber compartido el mismo ecosistema financiero en los años 90”.
La inversión de Soros fue posible gracias a un marco desregulador similar al actual. La Ley 21.526 sobre funcionamiento de instituciones financieras, promulgada durante la dictadura militar argentina de 1976-1983 en su segundo año en el poder, fue modificada en la década de 1990 para reducir el papel del Estado en la supervisión del sistema financiero.
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por Agustina Bordigoni & Gonzalo Martínez, Perfil




