La brótola es un pez al que su ciclo de vida está asociado al fondo, viviendo en general sobre lechos arenosos alternados con grava o fango. Gusta de andar cerca de las costas, hurgando en los fondos en búsqueda de crustáceos y es uno de los peces más ricos para llevar a la mesa familiar y disfrutarlos en la gastronomía. En filetes o entera, al horno como a la parrilla, un verdadero manjar que todo aficionado a los pescados debería probar. No es una empresa difícil, ya que en toda la costa la encontramos, especialmente en los muelles que suele recorrer comiendo en los pilotes.
Esta especie llega a nuestras costas luego de una larga migración, que comienza en las aguas cálidas del Brasil y cuyo destino final se extiende hasta Bahía Blanca, buscando fondos rocosos y aguas relativamente tranquilas. Por ello, procura su alimento al pie de muelles y escolleras como las del club o la oscuridad de los restos de los barcos hundidos que suelen emerger muy cerca de la orilla. De cuerpo alargado, con una panza amarillenta y un extremo posterior que es más fino que el resto del cuerpo. Se la reconoce por una doble aleta dorsal y un par de barbas táctiles. De escamas muy pequeñas, suele moverse preferentemente sobre el fondo en procura de mejillones. Su tamaño máximo, tanto en machos como hembras, está en los 55 cm, y su peso más frecuente oscila el kilo de peso. Al no tener ningún tipo de chuza, es un ejemplar que no reviste peligro al manipularlo.
Los experimentados dicen que, entre las carnadas, su plato favorito es la anchoíta fresca, destacándose el uso de la cabeza que actúa como cebador. El sanguchito, combinado con el langostino o el camarón también rinde, pero no descarta los anzuelos cargados solos con estos dos últimos cebos. En cuanto a equipos, nada diferente a la tradicional pesca variada, cañas de 3.60 en adelante, reel frontal o rotativo cargado con nylon o hilo, con un chicote trasfilado o de nylon más grueso para que resista el lanzamiento. Dependiendo del estado del mar y del sitio a pescar, los plomos van desde las clásicas de casting a satélites o con alambres, con pesos que pueden llegar a los 200 gramos. Aparejos de uno o dos anzuelos, no mayores a 2/0, y que pueden ir en una madre aparte, o sobre el mismo chicote. Por su fama de andar en el fondo, es más usual que pique en los anzuelos que están más pegados al lecho, por lo que las líneas rastreras pueden funcionar bien.
Aunque en toda la costa es posible capturarlas, en Villa Gesell se adjudican el mote de destino brótolero. La realización desde hace más de dos décadas de la Fiesta Nacional de la especie en estas playas cada mes de octubre acredita ese rango. Lamentablemente, la propuesta piscatoria para este 2025 fue suspendida. El mal clima jugó una mala pasada el pasado fin de semana, situación que obligó al Club de Pesca, Caza y Náutica a tomar medidas. Según anunciaron, no habrá reprogramación y el torneo no se realizará en este año.




