La votación ha terminado en las elecciones legislativas de 2025 en Argentina, una votación que determinará el futuro de la agenda de reformas del presidente Javier Milei y probablemente provocará turbulencias en los mercados si los votantes lo abandonan, a pesar del apoyo financiero sin precedentes de Estados Unidos.
Las elecciones de mitad de período son la primera prueba nacional de apoyo a los recortes presupuestarios de Milei y sus intentos de desregular la economía desde que llegó al poder hace dos años.
La mitad de los escaños de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado están en juego. El gobierno necesita asegurarse al menos un tercio del Congreso para impulsar reformas, frenar el rechazo del Congreso a los vetos presidenciales y bloquear cualquier intento de juicio político.
Los colegios electorales estuvieron abiertos de 8:00 a 18:00 hora local y se esperaban resultados preliminares tres horas más tarde.
El voto es obligatorio para los ciudadanos de 18 a 70 años y opcional para los de 16 y 17 años. A las cinco de la tarde, la participación era del 58 por ciento de los 36 millones de votantes registrados.
El período previo a la votación estuvo marcado por una fuerte caída de la moneda nacional, el peso, que cayó ocho por ciento después de que el partido de Milei sufriera una dura derrota en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre, un revés que fortaleció al gobernador peronista Axel Kicillof.
Esa caída del mercado obligó a Milei a buscar un rescate del presidente estadounidense Donald Trump. Washington ha prometido un paquete de ayuda sin precedentes de 40.000 millones de dólares, y el Tesoro estadounidense incluso ha comprado pesos para enfriar la crisis monetaria.
Pero la asistencia llegó con una advertencia de Trump, quien condicionó la ayuda a un resultado favorable para Milei y les dijo a los argentinos que no “sería generoso” si el resultado iba en su contra.
Algunos economistas argentinos han advertido que Washington podría terminar en un “Vietnam financiero”.
Vestido con su característica chaqueta de cuero, el presidente Milei votó en Buenos Aires antes del mediodía, saludando a sus seguidores que lo esperaban pero negándose a responder preguntas de los medios.
Todo hace pensar que su partido, La Libertad Avanza (LLA), ganará escaños: actualmente tiene apenas 37 de 257 diputados y seis de 72 senadores y no defiende ningún escaño en este ciclo. Pero es posible que eso aún no sea suficiente para alcanzar el umbral de un tercio que necesita en el Congreso.
La incertidumbre económica dominó el día. Los temores a una devaluación del peso han mantenido a los mercados bajo extrema presión durante semanas.
Cuando se le preguntó si el gobierno podría devaluar la moneda si le iba mal en las urnas, el ministro de Economía, Luis Caputo, respondió sin rodeos: “No”. Insistió en que el lunes sería “sólo un día más” y que el sistema de tipo de cambio de banda administrada del gobierno, vigente desde abril, permanecería sin cambios.
‘Nada para los trabajadores’ Adriana Cotoneo, una jubilada de 69 años que vota en Buenos Aires, dijo que apoyaba al partido La Libertad Avanza de Milei “no porque crea que sea la mejor opción, sino porque tengo claro a quién quiero que se vaya” – una referencia a la fuerza peronista de oposición que ha gobernado Argentina durante gran parte de su historia de posguerra.
Sin embargo, Cotoneo añadió que esperaba que el presidente “reflexionara sobre sus costumbres” y “a veces dejara su ego a un lado”.
En otra parte de la capital, Mariana Menéndez, trabajadora de la salud pública de 54 años, votó con ansiedad y explicó que 200 de los 600 empleados de su hospital habían sido despedidos. “Lo único que ha hecho este gobierno es dar mayores beneficios a los grupos poderosos, nada para los trabajadores”, dijo con amargura.
Milei, ex comentarista de televisión, llegó al poder prometiendo una terapia de choque para la debilitada economía argentina, acelerando una motosierra como símbolo de su plan para recortar el gasto estatal.
Recortó decenas de miles de empleos en el sector público, congeló las obras públicas y redujo el gasto en salud, educación y pensiones: medidas de austeridad que inicialmente hundieron a millones en una pobreza más profunda, pero que ayudaron a reducir la inflación en dos tercios.
Sin embargo, el consumo y la actividad industrial se han desplomado, y los críticos dicen que su duro programa económico “no está funcionando para la gente, ni para las empresas ni para la industria”, como dijo después de votar el senador de la oposición Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau (candidato por Ciudadanos Unidos). “Necesitamos un Congreso mejor, menos polarizado, con menos insultos y más diálogo”, añadió.
Milei ha enfrentado oleadas de protestas callejeras contra los recortes, algunas de las cuales fueron recibidas con una dura respuesta policial. Sus enfrentamientos con los gobernadores provinciales también se han intensificado, especialmente después de que el Congreso anulara varios de sus vetos de 2024.
La generosidad estadounidense es limitada Los inversores comenzaron a deshacerse del peso después de la derrota de Milei en septiembre, y los analistas dicen que es poco probable que su partido y sus aliados obtengan una mayoría de escaños en la votación del domingo. Eso significa que el LLA seguiría dependiendo de la oposición de centroderecha para aprobar leyes, frente a un bloque peronista arraigado.
El autodenominado presidente “anarcocapitalista” ya ha visto bloqueadas muchas de sus políticas emblemáticas, incluidos los intentos de privatizar importantes empresas estatales.
Para agravar sus problemas, miembros del círculo íntimo de Milei han estado implicados en escándalos, entre ellos una investigación judicial sobre un presunto fraude de criptomonedas vinculado al propio presidente y acusaciones de corrupción contra su hermana y jefa de gabinete presidencial, Karina Milei.
La ayuda de Washington llegó en un momento crucial para el líder de derecha. Pero Mauricio Monge, economista para América Latina de Oxford Economics, dice que la ayuda estadounidense “no es suficiente para contrarrestar la creciente probabilidad de que los resultados electorales impidan nuevas reformas”.
“Si la historia nos ha enseñado algo sobre Argentina”, dijo, “es que los rescates anteriores, cuando el apoyo político disminuye, han resultado inútiles”.
noticias relacionadas
por Sonia Ávalos, Leila Macor y Philippe Bernes-Lasserre, AFP



