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Monday, October 27, 2025

“¿Cuál es la razón de fondo para que me digan: yo quiero ganar más y trabajar menos? Vayamos a la flexibilización de la hora laboral”

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Si lo comparamos con el año pasado podemos decir que venimos en una marcha más lenta. Estamos desacelerando y viendo señales de que la cosa se enlentece.

¿El sector entró en una meseta?

No, está creciendo y eso es importante. La última encuesta que se hizo del segundo trimestre del año dio que hay un crecimiento, pero es menor al que teníamos el año pasado. No podría decirle que estamos en una meseta por ahora, pero sí que además está un poco desparejo. Todavía hay sectores que siguen funcionando y otros que empiezan a enlentecerse. Ya no está el crecimiento que hubo el año pasado.

¿Cómo está el nivel de presentismo y de rotación de trabajadores en el sector?

Cuando hablamos del comercio es muy vasta la actividad. Podemos abordar desde lugares en los que se ocupa mucha gente, como pueden ser supermercados o grandes tiendas, y también en servicios a call center o empresas de seguridad o de limpieza. Hace unos días estuve leyendo un informe sobre presentismo y hay un problema, son cifras altas. No quiero fallar en las cifras, pero en el año estamos arriba del millón de certificaciones. Justificadas, entiendo, pero es un problema. Tenemos un tercio de la masa del trabajo en el sector del comercio y servicio que ha estado muy poco presente en el año.

¿Cómo se trabaja para solucionarlo?

Hay que ver, analiza uno por uno los datos. Hay algunas que son justificadas. Hay otras en las que hay que ver cómo se puede trabajar, que tampoco digo que no sean justificadas. Pero la pregunta es si era necesario el ausentismo. La rotación es grande, sobre todo en los trabajos más vulnerables y en los jóvenes. Creo que hay que generar conciencia de lo importante que significa tener el trabajo. El tema del ausentismo hay que discutirlo mucho. Tal vez no tengamos resultados rápidos, pero hay que trabajar. Las cifras son preocupantes.

Hubo un cambio cultural también. Quizás antes se trabajaba con una visión más a largo plazo.

Sí, eso es verdad. Pero eso es rotación. No estamos hablando de certificaciones. Hoy, sobre todo los jóvenes, no aspiran a hacer una carrera dentro de la empresa. Están más propensos a hacer cambios. Y en realidad no lo veo mal. Son códigos nuevos que se manejan en estas generaciones y hay que aceptarlos como lo que son. En la época nuestra, se buscaba hacer carrera dentro de una empresa, trabajar toda la vida, uno buscaba una seguridad. Hoy los jóvenes buscan otra cosa. Esa sensación de decir: hoy estoy acá, mañana salgo y emprendo. En mi época eso hubiera sido jugar a la ruleta rusa.

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Días atrás la Cámara de Comercio presentó un informe junto con el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y hay un capítulo que habla de la carga burocrática en Uruguay. Un capítulo menciona que muchas veces la misma documentación debe presentarse en más de una institución dado que los sistemas de información de los organismos públicos no siempre están integrados ni trabajan en forma interoperable. ¿Qué ejemplos concretos tiene sobre ese tema?

Son muy variados. Para iniciar una empresa o para desarrollarla se vive a diario con una cantidad de trabas y barreras que no les permite avanzar a la velocidad que se necesita en el mundo de hoy. También detectamos que en algunos organismos del Estado la descoordinación es muy grande, hay documentos que se piden dos veces. El otro día el ministro (Gabriel) Oddone habló del desempapelamiento del Estado. Hay trámites que se repiten, certificaciones. El ministro habló del certificado negativo; es increíble que un organismo tenga que emitir un certificado para algo en lo que no tiene injerencia. Hagamos una lista de los que tienen injerencia y los que no.

El año pasado estuvimos recorriendo distintos departamentos y vimos una empresa que absorbió otra que estaba en una situación compleja. Es una compañía internacional que exporta productos del campo, cítricos concretamente, e invirtió en maquinaria de primer nivel. Tiene una empaquetadora de última generación, tuve la oportunidad de verla, es espectacular. Pero además tuvieron que replantar todo. Hacía dos años que estaban exportando y todavía faltaba el certificado de un ministerio para liberarlos. El mundo en el que vivimos no nos permite que pase eso. Si pasa, estás quedando afuera. Puede pasar, por supuesto, y te puedes llevar todo el tiempo que quieras, no hay ningún problema. Pero va a haber otro que va a ocupar tu lugar porque el mundo es así, lamentablemente.

Está la partida de nacimiento, por ejemplo. Tengo que justificar que nací, tengo una cédula, tengo todo, pero además lo tengo que justificar. Y además, la partida tiene una vigencia de 30 días. ¿Cómo es posible que pase eso? Hay una cantidad de barreras que lo que hacen es enlentececer, no ser competitivo, eso es caro porque al final del día se transforma en costos. También está la carga tributaria, hoy el sistema tributario que tienen las empresas, sobre todo las microempresas, es tan grande que es muy difícil que puedan desarrollarse en la medida que lo necesitan.

¿Está de acuerdo entonces con el planteo del gobierno sobre el desempapelamiento en el Estado?

Sí, totalmente. Además tengo que ser honesto, fuimos llamados por el ministerio, con otras cámaras para recabar información. Tuvimos más de una reunión con el economista (Álvaro) Lalanne, donde transmitimos los problemas que vemos a diario. No queremos decir que no haya controles. Pero los controles después se tienen que fiscalizar. La mayoría de los uruguayos cumplen con las normas, pero otro no cumple, no se lo controla y no pasa nada. Entonces hay una competencia desleal. Una de las cosas que nos dicen las empresas y los socios es que siempre van a fiscalizar a los mismos. Y hay que ver qué cantidad de regulaciones necesitamos en un país que está sumamente regulado. Entonces hagamos que las cosas fluyan más. No le rehuimos a los controles, al contrario. Pero no nos pasemos para el otro lado y que el control sea un corsé.

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¿Qué piensa cuando escucha que algunos sectores de la población dicen que los productos uruguayos son caros?

Reconocemos que hay productos que son caros, tenemos costos caros. Si comparamos la energía nuestra con la de la región, con Brasil, Argentina. Si comparamos mano de obra. En el tema de la mano de obra podemos hablar de otras cosas que no necesariamente tienen que ver con el salario. No quiere decir que quiero que la persona gane menos, pero cuando veo lo que uno tiene que aportar como empresa por cada trabajador y cuando tenemos en el medio negociaciones colectivas es necesario mirar algunas cosas.

Tendríamos que ser lo suficientemente maduros todos los que participamos de alguna manera en las negociaciones colectivas. Y que en los Consejos de Salario no solamente se hable de salario, sino de cómo vamos a encarar el futuro del trabajo. Creo que ahí es donde tenemos que sentarnos frente a figuras que están apareciendo y que no estaban contempladas en el régimen de trabajo. Y tenemos que ser más flexibles. Hoy no podemos seguir con la misma estructura de negociación colectiva y no pensar en la micro y mediana empresa, o en la empresa por su tamaño y por su localización. Entonces claro que el producto es caro. Claro que a veces la empresa se hace inviable o difícil de mantener. No es lo mismo una empresa ubicada en la zona metropolitana del país, que otra en algún punto distante del interior. Las condiciones son distintas. No es lo mismo una empresa uruguaya ubicada cerca de la frontera con Brasil. Tan es así que hace poco se toman medidas de frontera. Y está bien. Esas medidas, en general, las compartimos. Hay alguna que hay que revisar con mucho cuidado, estarle muy de cerca porque evidentemente incide. Resulta que hay una cantidad de apoyo, pero cuando voy a la negociación colectiva no se contempla la zona o el tamaño de la empresa.

¿Dentro de los costos laborales, los empresarios siguen sosteniendo que los aportes son desproporcionados?

Los aportes que son caros. Una cosa es lo que al empresario le vende al trabajador y otra cosa es lo que el trabajador se pone en el bolsillo. Entre lo que uno paga y lo que el otro se pone en el bolsillo hay una diferencia muy grande. Ahí es donde tenemos que hincar el diente y trabajar juntos. El diálogo es fundamental. Sentarnos y plantearnos cómo vamos a encarar el futuro del trabajo. Hoy existen las plataformas, el trabajo a distancia, flexibilidad en el horario de trabajo. En el día tengo una jornada de ocho horas. ¿Por qué no puedo trabajar diez o doce horas y después tener más días de descanso? Tal vez pueda ser más productivo, Son cosas que debemos tratar por el bien de todos. No es para las empresas solamente o solo para los trabajadores.

El país no es el mismo que antes, está en otro nivel. Y ese otro nivel nos debería permitir dar un paso mucho más importante en distintas materias y uno es en materia laboral. No hay que tener miedo. Hay que salir de la rigidez que tenemos hoy. Por ejemplo, si la semana que viene usted tiene planeado un viaje sería bueno que tenga la posibilidad de decir: meto más horas esta semana o este día y el viernes me voy un poco más temprano. Eso es flexibilización de la jornada laboral, que no es lo mismo que la reducción.

¿Eso no debería tener vinculación con la productividad?

Tal vez ahí se pueda trabajar más en productividad, es un tema que no es fácil de definir. Podemos hacer una definición general de lo que es, pero cuando la queremos aplicar tenemos que tomar en cuenta el tamaño de la empresa, el lugar, el rubro. Hay que mirar la productividad por empresa y no en el conjunto. No podemos seguir hablando de categorías de trabajo. Que yo tengo que hacer esto y esto, que estoy para esto y no para lo otro. No, hoy el mundo necesita de otras cosas. Creo que por ahí pasa.

¿De la manera que se está planteando hoy, cuál es la expectativa de la Cámara de Comercio para la actual ronda de Consejos de Salarios?

Para esta ronda ya están las pautas fijadas. El problema es que a veces se toman como un piso, como una base, y es desde ahí para arriba. Debería ser más flexible. Lo que nosotros tenemos miedo es que si aumenta el salario real y no aumenta la productividad generalmente lo que va a pasar es que haya un ajuste. Y ese ajuste se va a dar por el empleo.

Tenemos que tener ese campo de la balanza lo más colocado en el medio para que no haya distorsiones. Porque acá no le queremos sacar los derechos a nadie. Tenemos que buscar mejores condiciones para todos. Tenemos que ser claros: primero le tiene que ir bien a la empresa, porque si le va bien, le va a ir bien al equipo que trabaja en ella. Cuidado, hay que ser claro y honesto también, no es solamente la relación laboral; estamos hablando de un país caro, de la presión tributaria, del costo país, hay una cantidad de cosas. El mercado también, tenemos uno que es chico. Es muy importante mirar eso. Pero en las relaciones laborales tenemos que modernizarnos, actualizarnos con lo que está pasando.

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¿Entiende que desde el lado sindical hay poca flexibilidad para intentar cambiar las relaciones laborales?

Creo en la dirección sindical en términos generales; No tendría sentido que me sentara a negociar si no creyera. El respeto porque soy gremialista. Estoy en una gremial, la representante y lo que tengo que hacer es defender los intereses de mi sector. Y entiendo perfectamente legítimo, y lo reconozco y lo respeto, que el sector trabajador también tenga su colectivo, plantee sus inquietudes y defienda sus intereses. Ese es el principio. El problema no es irnos para el otro lado. Acá se piensa que hay que sacar todo lo que se pueda al otro y presionar. Creo que no es así. Hay términos que hasta hacen mal, por lo que generan, por lo que representan y deberíamos cambiarlos. El término de la lucha, que se usa mucho. Es muy difícil sentarme a hablar con usted si pienso así. Hay que buscar acuerdos. La palabra misma lo dice: es enfrentamiento, estoy contra vos.

La discusión es buena porque es un intercambio de ideas. Tenemos que ser lo suficientemente maduros para ver cómo hacemos para sacar esto adelante. Juntos, sin que nadie pierda los derechos. Pero también hay obligaciones y hay que reconocer que si estoy pidiendo derechos o haciendo reclamos tengo obligaciones que cumplir. Hay compromisos asumidos, hay mercados que no los puedo regular. Puedo pelearme con usted, pero si hay un tercer o que está dependiendo de usted para que le entregue mercadería y no la recibe, una vez lo banca, a la segunda se va para otro lado. ¿Sabes qué? Le voy a pelear a nada, porque me voy a quedar sin usted. Se terminó la lucha. Se terminó el trabajo, nos empobrecemos como país. Todo tiene que tener un límite en la vida. Esas son cosas que tenemos que reflexionar, no es fácil. Capaz que usted me dice: Lestido, usted es un naif, piensa esas cosas y en la vida pasan otras. No, yo sé lo que pasa en la vida. Y voy a trabajar para tratar que haya los cambios necesarios. Me gustaría cambiar la palabra lucha por otra, por acuerdo, por trabajo en conjunto. Creo que ya es un concepto deteriorado, viejo, que no conduce a nada.

¿Por qué cree que no se pueda aplicar en Uruguay la reducción de la jornada laboral sin pérdida salarial?

Habría que estudiar qué sector, hay que ver si se puede hacer no en todos los sectores. Hay que ver qué implica, qué efecto tiene. Si yo aplico una reducción de la jornada laboral hoy como está, manteniendo el mismo salario, lo que estoy haciendo es volver más caro al país, encareciendo los productos. Va a pasar que la gente no va a tomar empleo, no se va a contratar. Es un costo grande para las empresas. En la cámara dijimos: tratamos el tema, vamos a discutir, no tengo ningún problema. Pero, ¿cuál es la razón de fondo para que me digan: yo quiero ganar más y trabajar menos? En un mundo que hoy está pidiendo productividad. Si no metemos la palabra productividad en esta ecuación de trabajar menos y ganar más es dificilísimo. A mí me gustaría ganar y no trabajar. Es lógico. Pongo el ejemplo como muy absurdo, por poner uno.

¿Pero por qué tengo que ganar más y trabajar menos? ¿Cuál es la explicación? Se dice: para tener más esparcimiento con mi familia. Entonces vayamos a la flexibilización de la hora laboral. Pero hoy los propios Consejos de Salarios no lo dejan hacer. ¿Quieres pasar el viernes más tiempo con tu familia, así tenés un fin de semana más largo? Trabajemos en la flexibilización, que es más lógica. Lo que va a pasar es un aumento de costo de salario, va a generar mercado negro de contrataciones y, lamentablemente, esa persona va a ir a conseguir trabajo en otro lado. Entonces iba a trabajar doble. El resultado que se busca, que la persona tenga más tiempo de esparcimiento, no se va a dar. No tenemos la verdad absoluta, pero creemos nosotros que no se va a dar. Hay costos, es una realidad, la empresa está siendo menos productiva, hay sectores en que no se puede hacer o es muy difícil de aplicarlo.

¿Cómo recibió la Cámara de Comercio los cambios propuestos por el gobierno para el régimen de franquicia para compras en el exterior a través de internet?

La verdad que nos llamó un poco la atención, para ser claros, las medidas que se tomaron. El gobierno entendió que la medida del IVA era la que podía tomar. Es una forma, es insuficiente, pero es una forma. De alguna manera equipara, empareja. La Cámara ha dicho siempre que no quiere sacar nada a nadie. Hay otros países que han tomado medidas mucho más drásticas. No estamos de acuerdo con eso. Decimos simplemente que el comerciante, que genera trabajo, da empleo, paga los impuestos, hoy se está viendo gravemente afectado. Manejamos algunas cifras y asustan. En el caso de la vestimenta las franquicias representan el 12% del mercado total. Uno de cada cuatro juguetes que ingresan a Uruguay es por franquicia. ¿Ese juguete tiene el mismo control que llevan los otros tres? No. Pero ¿por qué? Porque es humanamente imposible controlar todo. Estamos hablando de 175.000 paquetes en septiembre, alrededor de 5.800 por día.

Es muy difícil controlar eso. Para poderlo hacer se necesitan inversiones mucho más grandes y tal vez aplicar tecnología artificial como lo están haciendo en otros países. Después hay gente que usa mal la franquicia, hace poco vimos que una persona usó más de 30 o 40 cédulas distintas para traer mercadería y venderla, algo que está prohibido. Ahí ya hay competencia desleal, ya no es desigual.

Las otras medidas son complejas. Nos cuesta entender por qué se decidió aumentar la franquicia y también la posibilidad de poder fraccionar. Ahora puedo hacer un solo movimiento por hasta US$ 800 y entonces empiezan a aparecer productos que antes no estaban. Antes estaba bien claro; eran compartimentos estancos. Tres partidas de US$ 200. Ahora empiezo a fraccionar y aparecen otros rubros. Celulares, computadoras, laptops, tabletas, máquinas de fotos. Ya hoy los comercios que venden electrónicamente nos llaman y nos dicen que así no compiten, que tienen problemas. Tienen tantos locales de ventas de celulares y deben tomar medidas para ser rentables. Y generalmente las primeras medidas que se toman son: achico acá, achico acá y achico en gente.

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