Finalmente, a un año de su elección, Donald Trump se ha encontrado con el creciente descontento de los estadounidenses. El Partido Demócrata ha ganado la alcaldía de Nueva York, las gubernaturas de Virginia y Nueva Jersey, el rediseño de los distritos electorales en California, y puestos en parlamentos y tribunales de varios estados. Para los republicanos, y para Trump en particular, es un serio revés, que ya venía anunciado en las encuestas. La clave de lo sucedido está en la economía. Los ciudadanos sienten que les va peor. Pero, además, no les gusta el ánimo represivo de Trump en las grandes ciudades, ni su actitud imperial reflejada en la construcción de un salón de baile en la Casa Blanca. ¿Qué significa lo sucedido en esas urnas? Nadie se atreve a decir que es el comienzo del fin para Trump. Incluso algunos recomiendan evitar lecturas equivocadas de estos triunfos demócratas. En otras palabras, no quedan garantizadas para el Partido Demócrata las elecciones parlamentarias del próximo año, ni las presidenciales del 2028. El futuro político en EE.UU. UU. está por verso; pero ahora Trump debe hacer algo para no seguir perdiendo terreno al mismo ritmo. Una opción es sentarse a conversar con los demócratas del Congreso sobre el cierre del gobierno federal. Otra es suspender el asalto de soldados y guardias enmascarados contra las grandes ciudades-refugio. Todo lo cual implica cambios en el estilo. La encuesta de The Economist le da a Trump 39% de aprobación, 58% de desaprobación y 4% en duda. En su campaña para la reelección, Trump llegó a decir que “los ingresos se van a disparar, la inflación se esfumará, los empleos regresarán volando, y la clase media prosperará como nunca lo ha hecho”. El pueblo de los EE. UU. Está decepcionado. La elección del socialista demócrata, inmigrante y musulmán Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York es un giro de máxima importancia. Mamdani gana a pesar de las groseras amenazas de Trump. Ya en el 2016, Sadiq Khan, abogado, musulmán y parlamentario, fue elegido (y reelegido) alcalde de Londres, donde solo el 8,5% de los vecinos son musulmanes. Finalmente, a un año de su elección, Donald Trump se ha encontrado con el creciente descontento de los estadounidenses. El Partido Demócrata ha ganado la alcaldía de Nueva York, las gubernaturas de Virginia y Nueva Jersey, el rediseño de los distritos electorales en California, y puestos en parlamentos y tribunales de varios estados. Para los republicanos, y para Trump en particular, es un serio revés, que ya venía anunciado en las encuestas. La clave de lo sucedido está en la economía. Los ciudadanos sienten que les va peor. Pero, además, no les gusta el ánimo represivo de Trump en las grandes ciudades, ni su actitud imperial reflejada en la construcción de un salón de baile en la Casa Blanca. ¿Qué significa lo sucedido en esas urnas? Nadie se atreve a decir que es el comienzo del fin para Trump. Incluso algunos recomiendan evitar lecturas equivocadas de estos triunfos demócratas. En otras palabras, no quedan garantizadas para el Partido Demócrata las elecciones parlamentarias del próximo año, ni las presidenciales del 2028. El futuro político en EE.UU. UU. está por verso; pero ahora Trump debe hacer algo para no seguir perdiendo terreno al mismo ritmo. Una opción es sentarse a conversar con los demócratas del Congreso sobre el cierre del gobierno federal. Otra es suspender el asalto de soldados y guardias enmascarados contra las grandes ciudades-refugio. Todo lo cual implica cambios en el estilo. La encuesta de The Economist le da a Trump 39% de aprobación, 58% de desaprobación y 4% en duda. En su campaña para la reelección, Trump llegó a decir que “los ingresos se van a disparar, la inflación se esfumará, los empleos regresarán volando, y la clase media prosperará como nunca lo ha hecho”. El pueblo de los EE. UU. Está decepcionado. La elección del socialista demócrata, inmigrante y musulmán Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York es un giro de máxima importancia. Mamdani gana a pesar de las groseras amenazas de Trump. Ya en el 2016, Sadiq Khan, abogado, musulmán y parlamentario, fue elegido (y reelegido) alcalde de Londres, donde solo el 8,5% de los vecinos son musulmanes. Después de Nueva York, el segundo en importancia es el triunfo demócrata en California, que proyecta al gobernador Gavin Newsom como posible candidato a la presidencia en el 2028.
Donald Trump con el ojo morado, por Mirko Lauer
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