NO DIGAS “SI DIOS QUIERE” O “QUIZÁS” Cuando hablamos de Dios hablamos del Universo, o si hablamos del universo hablamos de Dios, porque él es una energía superior a nosotros que nos ayuda, guía y protege. Ahora, quiero darte dos consejos: ¿Por qué no decir “si Dios quiere”? Ejemplo: Voy a conseguir mi nueva casa insha allah.. aquí estamos cuestionando ese deseo, ese miedo, esa incertidumbre, esa inseguridad. En lugar de decir: tendré mi nueva casa “porque Dios así lo quiere”, aquí cambia la frecuencia vibratoria, tu energía y estás hablando desde el mérito, el conocimiento y la creencia de que la tendrás. Alguien me dijo, ¿y si no creo en Dios? Entonces cambia la palabra Dios con el Universo, por ejemplo, “Me voy a comprar mi auto nuevo porque eso es lo que quiere el Universo”, veamos cómo cambia completamente de significado y energía, porque estás hablando de autoestima, mérito y convicción. Otro ejemplo, si le pides algo a Dios o al Universo y lo haces con miedo, rogando, sufriendo, ¿qué pasa? Lo que uno quiere no llega y hay frustración, nos sentimos decepcionados y pensamos “esto no vale la pena, estoy perdiendo el tiempo”… y es que nos han educado para pedirlo todo con mendicidad, mendicidad, desde el IO soy un ser insignificante, un ser sin valor, sin mérito, y por eso lo pedimos así, de rodillas y mendigando. Esto es algo que nos han inculcado algunas religiones, pero no es la forma correcta de preguntar. Otra palabra que no debemos usar es “QUIZÁS”, porque de la misma manera habla de duda, miedo e incertidumbre. Debes vigilar las palabras que se pronuncian porque su poder determinará si puedes lograr las cosas o no. Las palabras tomarán vibración en función de tus miedos y dudas o de tu confianza y convicción, y esa vibración irá más lejos de lo que imaginas y el Universo se alineará con tu frecuencia vibratoria. Cuando se hace bien, el Universo te envía señales de abundancia, éxito, salud, felicidad, y si no estás recibiendo ninguna señal es porque no estás alineado con lo que piensas y sientes, no estás totalmente convencido de merecer tus deseos. Así que antes de perder la fe, inténtalo una y otra vez.
El Dios en ti
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