Los legisladores franceses reiteraron el jueves su oposición al acuerdo comercial negociado entre la Unión Europea (UE) y el bloque sudamericano Mercosur, ensombreciendo la posible implementación del acuerdo. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en nombre del Mercosur, y la Comisión Europea alcanzaron un acuerdo comercial a finales de 2024 que ha causado preocupación entre agricultores y ambientalistas, sobre todo en Francia. El tratado aún debe ser ratificado antes de que pueda entrar en vigor, con votaciones clave a nivel europeo a partir de diciembre. Para su implementación se requiere la aprobación del Consejo de la UE, que reúne a los 27 países miembros, y del Parlamento Europeo. Francia por sí sola no puede bloquear el acuerdo en el Consejo de la UE, ya que su adopción requiere una mayoría cualificada. Bruselas espera que esta luz verde llegue el próximo mes. Se prevé que la aprobación por parte del Parlamento Europeo será más impugnada. El jueves, los legisladores de la cámara baja de Francia aprobaron por unanimidad una resolución presentada por el partido de izquierda de Jean-Luc Mélenchon, La France Insoumise (“Francia Insumisa”, LFI), instando al gobierno a oponerse a su adopción. Dirigiéndose a los diputados de la Asamblea Nacional, el ministro para Europa, Benjamin Haddad, reiteró la posición de Francia de que “el acuerdo concluido en 2024 no es aceptable en su forma actual”. Pero subrayó que había obtenido un “logro”: el fortalecimiento de las cláusulas de salvaguardia de la Comisión Europea. Pidió que se adopten rápidamente antes de cualquier votación sobre el acuerdo UE-Mercosur. “Este progreso, que es útil y necesario, no es suficiente hoy. No es suficiente”, añadió Haddad, quien destacó cláusulas “espejo” diseñadas para garantizar estándares justos y controles sanitarios más estrictos. El acuerdo de libre comercio tiene como objetivo impulsar las exportaciones de automóviles, maquinaria y vino europeos a los países del Mercosur, a cambio de facilitar la entrada de carne vacuna, azúcar, arroz y soja de América del Sur. Los agricultores franceses temen que su mercado pueda verse inundado con productos agrícolas del Mercosur, considerados más competitivos, pero la Comisión Europea se ha comprometido a intervenir en caso de desestabilización del mercado. Lula: El acuerdo se firmará el próximo mes La semana pasada, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que el acuerdo comercial se firmará el 20 de diciembre durante la Cumbre de Líderes del Mercosur en Foz do Iguaçu, en el estado de Paraná. En Johannesburgo, Sudáfrica, durante la Cumbre del G20, el líder izquierdista de Brasil dijo que era un “momento muy especial” tanto para el bloque sudamericano como para el europeo. Predijo que una vez firmado el acuerdo comenzaría una intensa fase de trabajo para convertir el texto en resultados concretos. “Aún queda mucho trabajo por hacer, pero se firmará”, afirmó Lula. Al abordar la oposición francesa al acuerdo, el líder brasileño restó importancia a las especulaciones sobre los problemas y enfatizó que el Mercosur no estaba “firmando con Francia” sino “firmando con la Unión Europea”. Las conversaciones sobre un acuerdo comenzaron formalmente en 1999. Según los negociadores diplomáticos del acuerdo, el tratado crearía un mercado de más de 720 millones de consumidores y un producto interno bruto combinado de 22 billones de dólares. Lula dijo que su implementación crearía “el mayor acuerdo comercial del mundo”. El acuerdo se considera una oportunidad estratégica para ambas partes: para la Unión Europea, proporciona una manera de diversificar los mercados frente a la competencia global de Estados Unidos y China; Para las naciones del Mercosur, particularmente Brasil, agregaría un importante impulso a las exportaciones agrícolas e industriales. – Noticias relacionadas con TIMES/AFP/PERFIL




