Cristo no es un hombre, es una Conciencia.
Una frecuencia radiante que despierta dentro del alma cuando recuerda que todo es Uno.
Cristo es la chispa divina dentro de la materia.
la luz codificada en cada célula de tu ser,
esperando ser activado a través del amor, la verdad y el recuerdo.
El cielo no es un destino, es una vibración.
Es la frecuencia del amor incondicional, la compasión y la unidad.
Cuando tu corazón se eleva más allá del juicio y tu mente cede el control,
comienzas a sintonizarte con la vibración del Cielo
no encima de ti, sino dentro de ti.
La Conciencia Crística es el renacimiento de la conciencia.
cuando el ego se disuelve y el alma toma el trono que le corresponde.
Es la fusión de lo humano y lo divino,
el matrimonio sagrado del cielo y la tierra dentro del templo de tu cuerpo.
Nunca fuiste expulsado; sólo olvidaste tu frecuencia.
Y ahora lo estás recordando.
No vas al cielo
te elevas hacia él, vibración tras vibración.
No encuentras la Luz
recuerdas que lo eres.
Te conviertes en el Cielo que una vez buscaste.
Encarnas al Cristo al que una vez oraste.
Eres el puente entre reinos.
carne hecha luz,
la forma hizo el amor.




