Un equipo de científicos británicos descubrió cientos de diminutas criaturas similares a pequeñas langostas bajo el hielo de la Antártida, a más de 450 metros de profundidad. Según explicaron los especialistas, el sorprendente hallazgo tuvo lugar, puntualmente, bajo la plataforma de hielo Filchner-Ronne y fue posible gracias a una perforación con agua caliente que llevaron a cabo en esa zona antártica.
Las criaturas halladas miden entre 3 y 6 centímetros y se desplazaban con agilidad en el agua helada, completamente adaptadas a la oscuridad y al frío extremo de –2 °C, en tanto que los científicos suponen que podrían alimentarse de nutrientes transportados por corrientes subterráneas desde aguas abiertas o de materias orgánicas acumuladas bajo el hielo durante miles de años.
Antártida misteriosa Este sorprendente hallazgo modifica totalmente el paradigma acerca de la vida en zonas polares a la vez que plantea nuevas hipótesis científicas. “Esperábamos encontrar solo bacterias o quizá unas pocas esponjas microscópicas, pero jamás enjambres de crustáceos activos, Este hallazgo cambia todo lo que sabíamos sobre la vida bajo el hielo”, explicó Huw Griffiths, del British Antarctic Survey.
“La vida puede prosperar en entornos extremos con poca energía disponible y la biodiversidad antártica es mayor y más desconocida de lo que se creía. Las corrientes marinas subglaciales podrían transportar más nutrientes de lo imaginado”, agregó el especialista.
Si bien los científicos recogieron muestras de agua y realizaron un video, todavía no lograron capturar ningún ejemplar vivo que les permita comprender el metabolismo, el ciclo vital y el papel ecológico de estos extraños crustáceos. Sin embargo, el hallazgo marca un antes y un después en el estudio de los ecosistemas extremos.
El impacto del hallazgo no se limita a la biología marina, ya que también ha despertado gran entusiasmo entre los astrobiólogos de la NASA y de la ESA, quienes afirman que las condiciones del hallazgo se asemejan a entornos como Europa (luna de Júpiter) o Encélado (de Saturno), donde se sospecha la existencia de océanos subglaciales. “Si criaturas multicelulares sobreviven en la Antártida profunda, se abre la posibilidad de vida fuera de la Tierra. ¿Qué nos impide pensar que algo similar pueda existir en otros mundos helados?”, comentó el ecólogo polar Peter Convey.
Los próximos pasos del equipo científico incluyen nuevas perforaciones en otras zonas de la mencionada plataforma antártica para tratar de verificar si este ecosistema es aislado o parte de una red más amplia. “Este descubrimiento redefine la comprensión de la vida en condiciones límites”, concluyeron los científicos británicos.




