El fútbol ecuatoriano se encuentra en el ojo del huracán. La Liga Prola asociación de fútbol profesional del país, ha emitido sanciones contundentes que impactan a cuatro clubes de la Serie B ya veinte jugadorestodo ello en el marco de investigaciones por presunto arreglo de partidos. Este grave suceso no solo pone en tela de juicio la integridad del deporte, sino que también se desarrolla en un preocupante ambiente de amenazas y violencia.
Según un comunicado oficial, la Liga Pro decidió «sancionar a cuatro clubes de la Serie B» con la deducción de entre «seis y doce puntos en los torneos de Liga Pro, así como con una multa de 10.000 dólares a cada uno». Estas penalizaciones, que se aplicarán en el torneo 2025 y en futuras competiciones, buscan enviar un mensaje claro sobre la intolerancia ante la corrupción deportiva.
Jugadores suspendidos y el trasfondo de la violenciaEl Comité de Disciplina de la Liga Pro también impuso una suspensión de «2 años de toda actividad relacionada con el fútbol» a veinte jugadores. Aunque no se han revelado los nombres ni las razones específicas de cada sanción, la magnitud del castigo subraya la seriedad de las acusaciones.
Este escándalo de arreglo de partidos se ve agravado por un oscuro telón de fondo de violencia. A mediados de este mes, el futbolista ecuatoriano. Bryan Anguloconocido como el “Cuco”, resultó herido en un ataque armado en Manabí. Su club, la Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo, confirmó que varios de sus jugadores habían «recibido amenazas relacionadas con el compromiso deportivo programado» para el 17 de octubre.
Lamentablemente, este no es un incidente aislado. En lo que va del año, se han registrado al menos cuatro ataques armados contra futbolistas profesionales en Ecuador. El más trágico fue el asesinato del centrocampista. Jonathan ‘Speedy’ Gonzálezdel club 22 de Julio, ocurrido el 19 de septiembre en Esmeraldas. González fue acribillado a disparos dentro de su domicilio, un hecho que conmocionó profundamente al país.
Rechazo a la violencia y el camino a seguirAnte estos hechos, la Liga Pro ha reiterado su «rechazo a todo acto que busque intimidar, amedrentar o generar miedo en nuestros jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y afición». La entidad ha condenado enérgicamente la violencia, enfatizando que «el fútbol debe ser un espacio de paz, respeto y unión».
La resolución de las sanciones es apelable ante el Comité de Apelaciones de Liga Pro, lo que abre un proceso legal que podría extenderse. Sin embargo, la prioridad actual no es solo impartir justicia deportiva, sino también garantizar la seguridad de todos los involucrados en el fútbol ecuatoriano y restaurar la confianza en la limpieza del juego. La lucha contra el arreglo de partidos y la violencia es un desafío complejo que requiere la colaboración de autoridades, clubes, jugadores y la afición en general para proteger la esencia del deporte.




