Sudáfrica acogerá este fin de semana la cumbre del G20, donde buscará compromisos para aliviar la deuda de los países en desarrollo y luchar contra las desigualdades, con la notable ausencia del presidente estadounidense, Donald Trump, y del argentino, Javier Milei. El regreso de Trump a la Casa Blanca asestó un duro golpe a la primera presidencia africana del G20. Los 19 países del grupo, junto con la Unión Europea y la Unión Africana, representan el 85 por ciento del PIB mundial y aproximadamente dos tercios de la población mundial. Desde su regreso al poder, el presidente estadounidense ha expresado su desconfianza en el multilateralismo –del que el G20 es uno de los instrumentos– a través de medidas como la imposición de aranceles. A su cuestionamiento del orden global se suman feroces ataques contra el gobierno del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, acusado de inacción ante la supuesta persecución de la minoría afrikaner del país, descendiente de colonos europeos. Sudáfrica, afectada por los aranceles más altos del África subsahariana (30 por ciento), intentó restablecer las relaciones con Washington. Pero Ramaphosa finalmente se ha resignado a seguir adelante con la agenda, con o sin la principal potencia económica del mundo. La Presidencia sudafricana –cuyo tema es “Solidaridad, igualdad, sostenibilidad”– se centrará principalmente en aliviar la deuda de los países en desarrollo, financiar la adaptación al cambio climático y combatir las desigualdades económicas. Entre 2021 y 2023, el continente africano gastó 70 dólares por persona para pagar los intereses de su deuda, más que el dinero invertido en educación o salud (63 y 44 dólares por persona respectivamente), según la ONU. Sudáfrica buscará impulsar la creación de un panel internacional sobre desigualdades, similar al IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), principal recomendación de un informe liderado por el economista ganador del Premio Nobel Joseph Stiglitz. “Si se aprueba, será un verdadero éxito no sólo para Pretoria, sino también para los millones de personas del Sur Global cuyas voces a menudo no se tienen en cuenta en estos foros económicos elitistas”, afirma Tendai Mbanje, investigador del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Pretoria. ¿China presente? Queda por ver si la Presidencia sudafricana logrará obtener el consenso necesario para una declaración final conjunta. Según varias fuentes que participaron en los trabajos preparatorios, los representantes argentinos se destacaron por su postura obstructiva. Milei, quien ha expresado repetidamente su alineación diplomática con Trump, no asistirá a la cumbre sino que enviará a su ministro de Relaciones Exteriores, Pablo Quirno. En ausencia de Estados Unidos, se espera que China –cuyo primer ministro Li Qiang viajará a Johannesburgo– abogue una vez más por el multilateralismo. “La globalización económica y el surgimiento de un mundo multipolar son irreversibles”, declaró Li Qiang a finales de octubre durante una cumbre regional en Asia, donde pidió evitar un retorno a la “ley de la selva” comercial. Por el lado ruso, el asesor económico de Vladimir Putin, Maxim Oreshkin, representará a Moscú en la cumbre en ausencia del ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov. La reunión se llevará a cabo el sábado y domingo en un centro de conferencias ubicado en el corazón de la capital económica de Sudáfrica. La cumbre marcará el final de un ciclo de presidencias del G20 por parte de países del llamado “Sur Global”, después de Indonesia (2022), India (2023) y Brasil (2024). Después de la cumbre, Sudáfrica cederá la presidencia rotatoria a Estados Unidos. La administración Trump anunció su intención de centrar el G20 en cuestiones de cooperación económica. La próxima cumbre se celebrará en diciembre de 2026 en Miami, en un campo de golf propiedad de la familia Trump. noticia relacionada por François Ausseill, AFP
La cumbre del G20 en Sudáfrica se ve ensombrecida por las ausencias de Trump y Milei
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