Por estos días, la migración venezolana en Chile se mira en el espejo de los paisanos en Estados Unidos afectados por redadas migratorias, deportaciones masivas y pérdida del Estatuto de Protección Electoral (TSP), producto de la severa política migratoria adoptada por Donald Trump, en su retorno a la Presidencia. De ganar el catalogado candidato “ultraderechista” en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas del 14 de diciembre, José Antonio Kast, del Partido Republicano, amenaza con deportar a 337.000 migrantes -la mayoría venezolanos -que viven actualmente en ese país de manera irregular, según cifras oficiales. Si la abanderada de la “centroizquierda”, Jeannette Jara, sucede a Gabriel Boric en la jefatura de Estado, el panorama no mejora mucho. Para hacer frente a la migración en condiciones irregulares, propone el reforzamiento de las fronteras, con mayor presencia policial y militar, así como el uso de drones y sensores térmicos. También promete la expulsión de migrantes con faltas menores o simples. “Violatorio de los DDHH” “En general, creo que la situación es dramática y muy preocupante. Lo que estamos viendo en Chile está comenzando a ser una tendencia en la región y la región no escapa a la tendencia global. Estamos viendo un cambio profundo en la forma del abordaje a la migración y las propuestas de la gestión migratoria con una visión de securitización, pasando por encima de la garantía de los derechos de las personas migrantes. Esa visión ni siquiera es efectiva en esos términos y es violatoria de los derechos humanos de la población migrante”, sostuvo Rojas. La también consultora y profesora de DDHH alerta sobre un “avance” de los discursos “antiderechos”, pese a que ha costado mucho tiempo y esfuerzo lograr garantías de derechos de la población migrante y que los gobiernos y las instituciones los respetan, independientemente del origen de las personas. “Las medidas regresivas son muy rápidas, perder derechos es muy rápido y reconocer esos derechos y que se garantizan es un proceso muy lento. Estas regresiones van a costar muy caro para la vida de las personas y costará muchísimo trabajo volver a recomponer toda esa estructura”, advirtió.Según el censo 2024 de Chile, hay 728.586 venezolanos en ese país, lo que los convierte en la comunidad extranjera más numerosa con 38% del total de migrantes provenientes de varios países (1.918.583 personas). Del total, señala el informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones, 336.984 extranjeros no están regularizados, de los cuales se estima que entre 200.000 y 250.000 son venezolanos.«Quedan 133 días para que asuma un nuevo Gobierno, 133 días es lo que tienen los migrantes irregulares para partir y dejar nuestra patria. Si no lo hacen voluntariamente, los vamos a buscar y va a haber sanciones», dijo Kast en una rueda de prensa el 29 de octubre. El abogado y exdiputado puso como ejemplo EEUU, donde la detención de 500.000 personas, según destacó, hizo que 1,5 millones dejara voluntariamente el país, es decir, por sus propios medios. Estos argumentos le han valido comparaciones con Trump. “Me espanta”“Tener una visión de securitización de la migración, anclarla a medidas restrictivas, no va a parar el proceso migratorio, mucho menos la venezolana que es una migración forzada. Las personas buscan diferentes alternativas para no hacerlo, pero se ven forzadas por las circunstancias de Venezuela. Esas medidas no harán que la gente migre menos, más bien contribuirán con el aumento de la migración irregular con los enormes problemas de garantía de derechos y de respuesta institucional”, enfatizó Rojas. Según sondeos, Kast tendría más posibilidades de derrotar a Jara, comunista y exministra del Trabajo de Boric. En la primera vuelta del 16 de noviembre, el escrutinio realizado le asignó a Jara el 26,8% de los votos y Kast, el 23,9%. El estrecho margen lleva a una segunda vuelta y se espera que acuerdos y algunos “ajustes” lleven a Kast al Palacio de la Moneda. “Muy grave todo lo que dice Kast, me espanta. Es un Trump y lo peor es que es el probable ganador. Maneja temas como rechazo a métodos anticonceptivos, subir la edad de la pensión a 70 y 75 años, deportación de 300.000 migrantes en condiciones irregulares, es lo que más suena. El problema con Jara es además su militancia, creo que el país (Chile) se atrapa”, es la opinión que expresa una migrante venezolana en Chile a Efecto Cocuyo. Asegura que su estatus migratorio es legal, pero le preocupa la estigmatización que sería reforzada desde la institucionalidad y que la tragedia de la persecución y la separación de las familias que sufren los venezolanos en EEUU se repita en territorio chileno. “Kast y Jara son producto de la polarización de la política occidental en los últimos años, lo hemos visto en otros Estados: Bolsonaro y Lula en Brasil, Pedro Castillo y Keiko Fujimo en Perú, Gustavo Petro y Rodolfo Hernández en Colombia. Lo común ha sido que los candidatos más moderados, más hacia el centro, no tengan éxito. Del lado de la derecha las opciones parecieran un tanto radical respecto a los estándares históricos regionales que han prevalecido”, observa el internacionalista Iván Rojas. Para Rojas, directivo del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri), uno de los aspectos de ese radicalismo se manifiesta en discursos duros hacia la migración, con el argumento de la seguridad y el orden, de “la mano dura” que, sostiene, es una lema tradicional de la derecha desde tiempos pasados y que cala en algunos sectores de la población, cuya percepción, aunque sin bases sólidas, es que el aumento del crimen está ligado a la migración ilegal.Según cifras oficiales, hay 728.586 venezolanos en Chile, de los cuales se estima que entre 200.000 y 250.000 no están regularizados. Foto: EFESeguirá ruptura con Maduro”Lo interesante del caso particular de Chile es que la tónica también ha cambiado en la izquierda. En Chile, el discurso migratorio y de seguridad se está moviendo hacia el lado conservador, es decir, más fuerza en los operativos policiales y más seguridad fronteriza”, explica el internacionalista. De hecho Boric, presidente chileno desde el 11 de marzo de 2022, fue señalado de endurecer su discurso sobre la migración ilegal, el 15 de marzo de 2023, al anunciar la protección de la frontera para asegurar una “migración regular, segura y ordenada” como prioridad del gobierno. Necesidades para cometer delitos como trata de personas, tráfico de drogas y tráfico de armas», declaró entonces Boric a la prensa. Respecto de las relaciones con Venezuela, otro elemento en común que comparten tanto Jara como Kast, es referirse a la administración de Maduro como una “dictadura”. Boric.Chile rompió relaciones diplomáticas con Venezuela desde agosto de 2024, cuando Boric desconoció a Maduro como reelecto, al igual que otros mandatarios como Javier Milei, de Argentina. Los servicios consulares se mantienen.“No veremos un cambio sustancial en las relaciones de Chile y Venezuela. El cambio dependiendo de quién gane, será fuerte para el ciudadano de a pie que vive en Chile, especialmente los que tienen una situación migratoria irregular. Ninguna de las dos propuestas (de Jara y Kast) es abierta y amistosa con la migración, pero una de ellas (la de la candidata de la izquierda) da mayores opciones al migrante que la otra”, agregó el directivo del Covri. Esas opciones de Jara serían una “regularización acotada” de quienes cumplan tres requisitos: tener trabajo, carecer de antecedentes delictivos y mantener vínculos familiares. Pero, ha advertido que quienes no se sometan a un empadronamiento biométrico de seis meses de duración, serían excluidos.




