Este domingo, en el estadio El Teniente de Rancagua, Coquimbo Unido podría concretar una temporada histórica si logra vencer a O’Higgins y se combinan los resultados del clásico universitario en Santiago.
En la previa, su técnico Esteban González dialogó con los medios y mantuvo la calma que ha caracterizado su gestión. “Sabemos que puede pasar cualquier cosa en el otro partido, pero nuestra responsabilidad está en la cancha”, apuntó.
Al respecto, el estratega aurinegro fue enfático en separar los escenarios. “Puede que empaten o gane uno u otro, pero nuestro gran problema se llama O’Higgins. Es un rival muy difícil, con un mediocampo de gran nivel, que se hace fuerte en casa y que lleva mucho tiempo invicto en Rancagua. Todo eso lo analizamos en detalle”, dijo el deté, valorando el trabajo de su plantel en una semana marcada por la ansiedad natural del momento.
DISFRUTAR EL PRESENTE
Consultado por los objetivos futuros, González fue claro en que no se permitirá distracciones. “Cuando hablamos de la Copa Libertadores es un objetivo para 2026, no para hoy. Si empezamos a pensar en eso, perdemos el foco de lo que estamos haciendo. Tenemos que disfrutar el momento, disfrutar la semana, disfrutar incluso lo que hacen los jugadores día a día”, enfatizó.
“El próximo año será distinto, con otros compañeros, otros desafíos. Pero este presente es nuestro y debemos vivirlo con alegría y concentración. Quedan seis fechas y este grupo sabe que cada partido es una final”, añadió.
EL “CLIC” DEL PLANTEL
Ante la consulta de El Día sobre el momento en que se dio cuenta de que su equipo estaba para pelear por el título, González escuchó y respondió con cautela: “Yo lo tengo muy claro, pero no lo voy a decir todavía. Lo guardo para más adelante. Ese día los jugadores nos hablaron en cancha. Hubo un momento en que hicieron el clic, en que entendimos que estábamos para competir de verdad”.
En todo caso, el técnico reveló que la clave de ese cambio fue la disposición colectiva. “Desde el primer día los jugadores se entrenaron dejaron, con humildad, sin hacerle el bastante al trabajo. Dejaron los objetivos individuales de lado por el grupo. Todos han sido importantes: los que juegan, los que entran cinco minutos o los que no son citados. Esa competitividad interna nos ha hecho crecer”, destacó.
