La temporada de tarariras comienza a desplegar su potencial en distintos ámbitos del país, con destinos que ya muestran muy buena actividad y diversidad de portes. Ramallo, Kakel Huincul, San Miguel del Monte, San Nicolás y San Pedro se posicionan como opciones destacadas para quienes buscan anticiparse a los mejores piques, con excelentes escenarios para baitcasting, spinning, fly o carnada natural. Una guía para planificar salidas eficientes en estos primeros compases de la temporada.
Ramallo Para alegría de los seguidores de la tarucha, la especie ha estado activa casi todo el año en algunos puntos como Ramallo. A finales de mayo seguíamos mostrando buenas faenas y ya desde los primeros días de septiembre estamos compartiendo memorables salidas, máxime con la data actualizada que nos brinda desde este destino del norte bonaerense el guía Fernando Rolandi. Aunque muchas de las tarariras son medianas a chicas, también se dan de las que superan los 3 kg. Durante el inicio de temporada (septiembre–noviembre), los piques se dan mayormente en zonas de vegetación y estructuras, donde las tarariras se ubican para cazar. Al comenzar la jornada, suelen rendir muy bien las gomas con cucharas delanteras, que generan vibraciones y destellos ideales para activar ataques. Luego, a medida que sube el sol y aumenta la temperatura del agua, conviene pasar a señuelos anti-enganches como ranas, ratas de superficie o softbaits lastrados, que permiten trabajar entre la vegetación densa sin trabas.
La temporada recién empieza, pero este destino ya muestra señales firmes de lo que vendrá: tarariras activas, combativas y en cantidad, en un entorno natural privilegiado y a pocas horas de la Capital. Ideal para una escapada de un día sin necesidad de grandes planes logísticos.
Kakel Huincul Ubicada a 280 km de la Capital Federal, es uno de los clásicos bonaerenses para la pesca de tarariras, sobre todo en primavera y verano, cuando la especie se activa con fuerza. Con carnada natural (mojarra, filet o incluso ranas), se logran buenos resultados, pero la verdadera diversión llega con artificiales. Spinners, gomas anti-enganche y ranas de superficie permiten explorar zonas inaccesibles para otros señuelos, provocando ataques espectaculares a pocos metros de la embarcación. El buen momento tanto en el ámbito propiamente dicho como en los desbordes que se generaron por las abundantes lluvias y hasta en una cava que se encuentra fuera del predio, hacen que haya muchísima concurrencia en los últimos días y depredación. Indignantes imágenes con decenas de ejemplares muertos de una especie que se viene recuperando en las últimas temporadas.
Kakel Huincul vuelve a demostrar que es la patria de la tararira, un excelente pesquero bonaerense, con entorno natural, buen acceso y la posibilidad de acción sostenida, especialmente en los meses cálidos que se avecinan y que serán muy exitosos gracias al excelente nivel que tiene el ámbito.
San Miguel del Monte Aunque la laguna es reconocida por su pesca de pejerrey, con el ascenso de las temperaturas la tararira se convierte en la gran protagonista. Los días de poco viento son ideales, ya que permiten que los pescadores trabajen los sectores con vegetación flotante y refugios naturales con mayor precisión. Allí, entre juncales y ortigas, las taruchas acechan pacientemente a sus presas, y la clave está en encontrar estos refugios estratégicos. El uso de carnada natural, como mojarras, filets o ranas, ofrece buenos resultados, pero la verdadera emoción llega con los artificiales. La técnica requiere precisión: lanzar al borde de la vegetación y trabajar el señuelo lentamente, simulando una presa herida, es la fórmula para desencadenar los piques más espectaculares. La laguna, de fácil acceso y con servicios de alquiler de botes cerca de la compuerta de Las Perdices, lugar que tiene a Gilberto Iroz, palabra autorizada del ámbito, permite organizar salidas eficientes y divertidas, ideales tanto para fanáticos experimentados como para quienes buscan iniciarse en la pesca de tarariras.
San Nicolás Este destino es otro clásico para los tarucheros bonaerenses. La combinación de bañados, arroyos y campos inundables crea refugios naturales donde las tarariras se concentran. La clave es localizar estas zonas protegidas y trabajar allí los señuelos con paciencia y precisión. Allí tenemos un referente como Gustavo Aliani (Tel.: 0336 – 154 594282), referencia ineludible de cada semana a la hora de hablar del pique, quien nos contaba de la excelente actividad de la tararira, con cantidad y de todos los tamaños. Campos minados llenos de capturas pescando con gomas entre la vegetación. A 230 km de Capital, un plan imperdible con un servicio completo que brinda el guía para 3 pescadores. San Nicolás, un calificado destino que es una excusa perfecta para plan de un día y pescar dorados en la modalidad que se nos ocurra. Propuesta para agendar y disfrutar en las próximas semanas.
San Pedro Históricamente San Pedro fue un reservorio emblemático de la pesca de tarariras, más precisamente en una zona intrincada e ideal para ir por ellas como Las Lechiguanas, cruzando el río Paraná, frente al casco de la ciudad. Si bien no es un lugar fácil de acceder, tanto los lugareños como los pescadores de ciudades aledañas y los especialistas fanáticos de esta valorada especie, siempre tienen a este destino como un faro como para ir por lo menos un par de veces al año, en temporada, mientras que otros, lo hacen mucho más seguido. Uno de los referentes en San Pedro, Néstor Burí, quien desde hace décadas suele pescar allí todas las especies, nos manifestó que este año han vuelto con mucha presencia y picando firme las tarariras. Una pesca que se debe hacer con devolución. En esta temporada, los altibajos del Paraná, con sequía incluida, dejaron a los fanáticos sin pique, pero al volver el agua, aparecieron los peces. San Pedro, sin dudas es una opción más que interesante para los tarucheros y también si viaja en familia, ya mientras el aficionado pesca, los demás tienen muchas atracciones en la ciudad, con todo el confort de nivel que se busca. Gomas, ranas y lipples son los protagonistas, junto con softbaits que permiten explorar zonas densamente vegetadas sin engancharse. Para los amantes de la pesca deportiva, visitar estas aguas es garantía de acción y una experiencia inolvidable en cada salida.




