Jamie Dimon visitará Argentina esta semana mientras su presidente libertario lucha por evitar una corrida del peso a pesar de una muestra de apoyo sin precedentes por parte del gobierno de Estados Unidos.
El director ejecutivo de JPMorgan Chase & Co estará en Buenos Aires como parte de una reunión de alto nivel que celebra el gigante de Wall Street, según una persona familiarizada con el asunto. JPMorgan declinó hacer comentarios.
La administración del presidente Javier Milei enfrenta una prueba electoral crucial el domingo, cuando los argentinos voten en una elección legislativa de mitad de período que podría determinar el destino de sus reformas de libre mercado. No está claro si Dimon se reunirá con algún funcionario del gobierno durante su visita al país.
Dimon hablará con empleados bancarios en Buenos Aires el miércoles, diario financiero local cronista informó el viernes sin decir cómo obtuvo la información.
El banco estadounidense está ampliando su presencia en la nación sudamericana propensa a la crisis con nuevos espacios de oficinas, firmando un contrato de arrendamiento a largo plazo a principios de este año para alquilar 20 pisos de un campus de dos edificios en la capital argentina.
Las raíces de JPMorgan en Argentina se remontan a la década de 1880, aunque su filial local, que hoy emplea a miles de personas, abrió sus puertas en el país en 1984, según su sitio web. El año pasado, el banco anunció planes para agregar 1.500 puestos de trabajo más en Argentina.
El peso argentino está bajo una presión extrema en el período previo a la votación del 26 de octubre, con la moneda cayendo un seis por ciento en lo que va de octubre y más del 40 por ciento en lo que va del año –la peor en los mercados emergentes. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha adoptado una estrategia de hacer lo que sea necesario para respaldar a Milei, un aliado ideológico del presidente Donald Trump, antes de la votación.
El lunes, el Banco Central de Argentina anunció que había finalizado un swap de divisas por 20.000 millones de dólares con el Tesoro de Estados Unidos, aunque los detalles siguen siendo escasos. Bessent también coordina otra línea de crédito por el mismo importe que sería financiada por bancos y otras instituciones privadas.
